por Luis Bravo Villarán (31/10/2007) – Leer al final del artículo de García
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Por Alan García Pérez. Presidente de la República (de “El Comercio” 25/10/2007)
El reclamo por la titulación de la vivienda es muy grande. Cada peruano sabe que con una propiedad legalizada, vendible, hipotecable o transmisible por herencia puede mejorar su situación. Pero el Perú como conjunto tiene el mismo problema y no lo sabe. Muchos de sus bienes no se pueden poner en valor, ni vender, ni se puede invertir en ellos, ni generar empleos con ellos.
Hay millones de hectáreas para madera que están ociosas, otros millones de hectáreas que las comunidades y asociaciones no han cultivado ni cultivarán, además cientos de depósitos minerales que no se pueden trabajar y millones de hectáreas de mar a los que no entran jamás la maricultura ni la producción. Los ríos que bajan a uno y otro lado de la cordillera son una fortuna que se va al mar sin producir energía eléctrica. Hay, además, millones de trabajadores que no existen, aunque hagan labores, pues su trabajo no les sirve para tener seguro social o una pensión más adelante, porque no aportan lo que podrían aportar multiplicando el ahorro nacional.
Así pues, hay muchos recursos sin uso que no son transables, que no reciben inversión y que no generan trabajo. Y todo ello por el tabú de ideologías superadas, por ociosidad, por indolencia o por la ley del perro del hortelano que reza: "Si no lo hago yo que no lo haga nadie".
El primer recurso es la Amazonía. Tiene 63 millones de hectáreas y lluvia abundante. En ella, se puede hacer forestación maderera especialmente en los 8 millones de hectáreas destruidas, pero para eso se necesita propiedad, es decir un terreno seguro sobre 5.000, 10.000 o 20.000 hectáreas, pues en menos terreno no hay inversión formal de largo plazo y de alta tecnología.
Ahora solo existen las concesiones que dependen de la voluntad del Gobierno y del funcionario que puede modificarlas. Por eso nadie invierte ni crea un puesto de trabajo por cada dos hectáreas como debería ser; ni hay elaboración de la madera y exportación de muebles. En su mayoría, esas concesiones rapiña solo han servido para sacar la madera más fina, deforestar y abandonar el terreno.
Por el contrario, la propiedad formal por grandes empresas colectivas como los fondos de pensiones permitiría hacer inversiones de largo plazo desde la siembra hasta la cosecha años después.
Los que se oponen dicen que no se puede dar propiedad en la Amazonía (¿y por que sí en la costa y en la sierra?). Dicen también que dar propiedad de grandes lotes daría ganancia a grandes empresas, claro, pero también crearía cientos de miles de empleos formales para peruanos que viven en las zonas más pobres. Es el perro del hortelano.
Respetemos los bosques vírgenes y nativos, pero comencemos por los 8 millones de hectáreas que han sido convertidos en desiertos y destruidos en los últimos años por las concesiones rapiña, la coca y la tala salvaje. Allí podrán generarse un millón de empleos y además trabajos en la elaboración de muebles.
Es una vergüenza que Chile exporte US$2.000 millones en madera sin tener una hectárea de Amazonía, Uruguay US$1.000 millones, Brasil US$8.000 millones y que el Perú apenas exporte US$200 millones.
Un segundo tema demuestra lo mismo, es la tierra. Para que haya inversión se necesita propiedad segura, pero hemos caído en el engaño de entregar pequeños lotes de terreno a familias pobres que no tienen un centavo para invertir, entonces aparte de la tierra, deberán pedirle al Estado para fertilizantes, semillas, tecnología de riego y además precios protegidos. Este modelo minifundista y sin tecnología es un círculo vicioso de miseria, debemos impulsar la mediana propiedad, la clase media de la agricultura que sabe conseguir recursos, buscar mercados y puede crear trabajo formal.
¿Pero qué es lo que observamos en el país? Cuando uno ve una playa muy bella, alguien ya la denunció hace muchos años y no ha puesto un centavo de inversión para hacer en ella un balneario y pasará decenios más sin valor. Así están todos los cerros que rodean lima, donde la inversión podría hacer milagros. Así están todas la canteras y calizas de cemento denunciadas pero no trabajadas.
Además existen verdaderas comunidades campesinas, pero también comunidades artificiales, que tienen 200 mil hectáreas en el papel pero solo utilizan agrícolamente 10 mil hectáreas y las otras son propiedad ociosa, de 'mano muerta', mientras sus habitantes viven en la extrema pobreza y esperando que el Estado les lleve toda la ayuda en vez de poner en valor sus cerros y tierras, alquilándolas, transándolas porque si son improductivas para ellos, sí serían productivas con un alto nivel de inversión o de conocimientos que traiga un nuevo comprador.
Pero la demagogia y el engaño dicen que esas tierras no pueden tocarse porque son objetos sagrados y que esa organización comunal es la organización original del Perú, sin saber que fue una creación del virrey Toledo para arrinconar a los indígenas en las tierras no productivas.
Este es un caso que se encuentra en todo el Perú, tierras ociosas porque el dueño no tiene formación ni recursos económicos, por tanto su propiedad es aparente. Esa misma tierra vendida en grandes lotes traería tecnología de la que se beneficiaría también el comunero, pero la telaraña ideológica del siglo XIX subsiste como un impedimento. El perro del hortelano.
El tercer tema es el de los recursos mineros en los que el Perú tiene la riqueza más grande del mundo, no solo por la cantidad sino también por la variedad de recursos mineros, o que permite que si un producto baja de precio, se compense con otros productos. Sin embargo, apenas la décima parte de esos recursos está en proceso de explotación, porque aquí todavía discutimos si la técnica minera destruye el medio ambiente, lo que es un tema del siglo pasado, claro que antes lo destruía y los problemas ambientales de hoy son básicamente por las minas de ayer, pero en la actualidad las minas conviven con las ciudades sin que existan problemas y en todo caso eso depende de lo estricto que sea el Estado en la exigencia tecnológica a las empresas mineras y en negociar mayor participación económica y laboral para los departamentos donde estén las minas.
Cuando voy a la ciudad de Ilo y veo su desarrollo urbano, que es el más avanzado del Perú, sé que es producto de la minería y de la pesquería y me duele comparar eso con el pueblo de Ayabaca, que tiene más recursos mineros que la mina de Cuajone en el sur, pero que vive la mayor pobreza. Y es que allí el viejo comunista anticapitalista del siglo XIX se disfrazó de proteccionista en el siglo XX y cambia otra vez de camiseta en el siglo XXI para ser medioambientalista. Pero siempre anticapitalista, contra la inversión, sin explicar cómo, con una agricultura pobre, se podría dar un salto a un mayor desarrollo.
Y contra el petróleo, han creado la figura del nativo selvático 'no conectado'; es decir, desconocido pero presumible, por lo que millones de hectáreas no deben ser exploradas, y el petróleo peruano debe quedarse bajo tierra mientras se paga en el mundo US$90 por cada barril. Es preferible para ellos que el Perú siga importando y empobreciéndose.
Un cuarto tema es el del mar; Japón tiene menos riqueza pesquera pero come cinco veces más pescado por año y por habitante que el Perú, porque ha desarrollado su maricultura. Pero aquí, cada vez que se quiere otorgar un lote de mar para que un inversionista ponga sus jaulas de crianza artificial, aumente la producción y cree trabajo, reaccionan los pescadores artesanales de la caleta cercana, que ven nacer una competencia más moderna y dicen que se está bloqueando su derecho al libre paso, que se contamina el mar y otros invocan lo sagrado del Mar de Grau, en vez de aceptar esta nueva actividad que podría generar cientos de miles de empleos.
Además, el Perú tiene en la cordillera una riqueza enorme por las lluvias que caen sobre ella. Se calcula que anualmente caen 800 mil millones de metros cúbicos en la cordillera que bajan por los ríos hacia el Pacífico y el Atlántico. De lo que va al Pacífico aprovechamos una pequeña cantidad para agricultura y para la generación eléctrica, pero de lo que baja hacia el Atlántico a formar el Amazonas, no aprovechamos prácticamente nada.
¿Cómo aprovecharlo? Ahora que el petróleo aumenta y seguirá aumentando su precio, debemos pensar en la generación eléctrica que es renovable, casi eterna y limpia. Y pensar su uso y su venta en términos continentales. Grandes centrales eléctricas hechas sobre el Marañón y en las caídas del bajo Urubamba, nos permitirán vender energía a Ecuador, Colombia, Chile, Brasil. Pero eso tienen que hacerlo grandes capitales privados o internacionales que necesitan una seguridad de muy largo plazo para invertir miles de millones y para poder recuperar sus inversiones. Pero el perro del hortelano dice: ¿Por qué van a hacer dinero con nuestras caídas de agua? Mejor que lo haga el gobierno regional. Pero no dicen con qué dinero.
Así pues, cualquier peruano que mire a su alrededor verá cuánta riqueza existe que no está puesta en valor.
En quinto lugar, el propio trabajo humano no está puesto en valor para el que trabaja. El trabajo informal que es mayoritario, es un trabajo no incorporado a la economía ni a la legalidad; no tiene seguridad social porque no cotiza, no tiene pensión porque no aporta a ningún sistema, para darle valor a ese trabajo en beneficio a la persona, lo lógico sería un avance progresivo para que los empleados de la microempresa, que son millones, tengan en primer lugar los derechos fundamentales mínimos, seguro de salud, pensión y 8 horas. Es más de lo que hoy tienen. Así se fortalecen la caja de pensiones y el fondo del seguro médico.
Pero a este acceso progresivo se opone la demagogia que dice: "Hay que dar de inmediato todos los derechos a los trabajadores de la microempresa familiar o informal". Pero no saben (o tal vez sí) que lo único que conseguirán es que el microempresario, incapaz de pagar esos costos, cierre la empresa y despida a muchos trabajadores, con lo cual el remedio será peor que la enfermedad.
También hay otros que dicen: "Si no se puede dar de inmediato todas las gratificaciones y 30 días de vacaciones, que el Estado les dé salud total sin que coticen y les dé a todos una pensión mínima sin que hayan aportado". Pero resulta que son estos los mismos que están en contra de la inversión forestal en la selva porque es sagrada, en contra de que el comunero venda, aunque quiera, las tierras comunales porque son sagradas, en contra de que se abran más minas porque el Perú solo debe ser agrario, que no haya maricultura en el mar. Y así sin inversión, sin trabajo creado, creen que el Estado es un pozo sin fondo del que pueden salir eternamente todos los recursos y terminar diciendo: "Reduce la jornada laboral estatal a 6 horas, paga más salarios, aunque el Perú no produzca más".
Como punto final podría añadir que tampoco se pone en valor el cerebro de nuestros alumnos e hijos. La educación se hace en la mayoría de casos para ser aprobada con 11, en lugar de impulsar la excelencia y el esfuerzo del 18. Un grupo de malos profesores y malos funcionarios exigen no ser evaluados para esconder su mediocridad y así el sistema sigue produciendo resultados sin valor. Y los de siempre dicen: "Que me den más sin que yo cambie y sin que haga ningún esfuerzo". Así pues, son aliados del minero informal, del maderero clandestino, de la miseria campesina, del empleo informal y de la falta de mérito y esfuerzo.
Frente a la filosofía engañosa del perro del hortelano, la realidad nos dice que debemos poner en valor los recursos que no utilizamos y trabajar con más esfuerzo. Y también nos lo enseña la experiencia de los pueblos exitosos, los alemanes, los japoneses, los coreanos y muchos otros. Y esa es la apuesta del futuro, y lo único que nos hará progresar.
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La respuesta al “articulista” García:
Alan García afirma que la titulación de la propiedad, sea vivienda o predio rural (o lo que sea que represente la posesión legal de un bien) es fundamental. Una de las grandes iniciativas de los 90 que nació de la propuesta del economista De Soto, es el PETT (Proyecto Especial de Titulación de Tierras) que este gobierno incomprensiblemente, pasó al COFOPRI en el Ministerio de Vivienda (¿qué tiene que ver tierras agrícolas con la vivienda?). No es cierto que muchos bienes no se puedan poner a valor en el Perú, pues si los mecanismos de titulación funcionasen eficiente y transparentemente, todo tendría título representativo con el valor que corresponde.
También afirma y es cierto, que hay millones de hectáreas de madera, de hectáreas en manos de comunidades y de depósitos minerales que no se pueden trabajar o se trabajan de manera muy limitada; pero ello no es porque los peruanos seamos incapaces; ello es porque el gobierno no da los mecanismos que se necesitan para crear la asociación entre los activos productivos de valor (debidamente titulados) y el capital dinerario extranjero o nacional, que será el puente con la tecnología. Hacerlo, significa impulsar el DESARROLLO CON INCLUSIÓN. Por otro lado, el agua de los ríos se pierde en las vertientes occidental y oriental, única y exclusivamente por la ineptitud de los sucesivos gobiernos que no son capaces de resolver este problema; de ello no tienen culpa ni las comunidades, ni los pequeños productores.
Con mecanismos como la “Ley Marco para el Desarrollo Económico del Sector Rural” Ley 28298 de junio 2004 (que el gobierno de Toledo no reglamentó y el presente gobierno tampoco reglamenta), se generará el DESARROLLO CON INCLUSIÓN y millones de trabajadores que hoy “no existen”, existirán, pues esa ley precisamente da el marco promocional para que ello ocurra gradualmente. Lamentablemente el “lobby” de la época, excluyó de esa ley el capítulo de la minería artesanal y comunal que produce más de $500 millones al año y que el MEM y el MEF de entonces no quisieron formalizar (claro está son más de $500 millones en oro, que alguien intermedia y no registra en su contabilidad); también excluyeron de la ley el capítulo del agua y el de los recursos genéticos. La sensatez indica que se deberían incorporar, pero después del editorial del “articulista” García, ello no parecería posible. Por tanto, tan sólo una decisión del “presidente” García revertiría en positivo lo que el “articulista” escribe en negativo.
Todos los recursos puestos a valor, incorporados capitalizadamente como indica la referida ley, podrán recibir inversión y todos los perros (la calificación viene del articulista de “El Comercio”) podrán comer, incluso los “perros de presa” (P. Francke, La República 30/10/2007); claro está que si estos últimos se quieren comer todo (como parecería es la intención) se atorarán y morirán por asfixia, pues nuestro país explotará en mil pedazos y lo perderán todo. A los que el artículo bajo comentario llama “perros del hortelano” (fuera de algunas ONG’s que obedecen a otros objetivos) no son ociosos, ni indolentes; son postergados señor García (articulista), por la clase política que no les da salida cuando la hay. Esa salida clara y eficiente, se puede dar con la Ley 28298, con participación de inversionistas que vendrían gustosamente al Perú cuidando el activo (riesgo) social y el activo (riesgo) ambiental, dentro de un esquema de libre mercado, que no tiene que ver ni con comunismos, ni socialismo, ni ONG’ismos, ni nada por el estilo. Tanto la tierra productiva, como los bosques productivos, los recursos mineros, los recursos energéticos y el agua, son CAPITAL, como lo es el dinero (¿existiría o tendría valor el dinero sin activos subyacentes productivos?); simplemente, hay que asociarlos en libertad. Eso promueve la mencionada ley, ofreciendo los mecanismos para que así sea.
El problema de la Amazonía, es la ausencia de control y de autoridad, la coima y la corrupción de y en las entidades responsables; por eso es que se da la depredación forestal y tenemos 8 millones de hectáreas destruidas que siguen aumentando. Asocie Usted señor presidente –una vez más reitero- al capital dinerario con el capital productivo y la tecnología. Concesione, controle con autoridad y frente al resultado retire la concesión si no hay evidencia de avance concreto en un espacio razonable de tiempo; y ante la consolidación del desarrollo, entregue la propiedad; pero de ninguna manera entregue la propiedad desde el inicio, pues estará cambiando mocos por babas, con un altísimo riesgo social. Lo que Usted describe es real; entonces la solución debe ser verdadera. El potencial económico de ese sector con un poco de imaginación, puede dar hasta para pagar la deuda externa con bastante menor presión sobre el presupuesto nacional.
Como verá Usted del párrafo anterior señor presidente, nuestra propuesta no se opone a dar la propiedad; el tema es cómo es que se da. Claro señor que crear grandes lotes de propiedad creará cientos de miles de empleos. Pida Usted al Congreso la sustentación de la Ley 28298; la original con su texto completo, la que no tenía los recortes que le hicieron. Si no la consigue, con mucho gusto se la hago llegar. Y esos lotes en propiedad igual se pueden dar en la Costa, que en la Sierra y en la Selva; pero el Estado debe ser promotor, no subastador.
Cambie Usted señor presidente, el modelo de inversión subastador de los 90 (aún vigente), por un modelo de “asociación de la inversión con el patrimonio productivo (p.e. las tierras, los yacimientos ...) en libertad”.
No es una vergüenza que Chile exporte $2,000 millones de madera barata sin tener una hectárea de Amazonía; Uruguay $1,000 millones y Brasil $8,000 millones; en buena hora, la verdadera vergüenza son los sucesivos gobiernos del Perú que han sido incapaces de ser promotores del desarrollo extendido con inclusión, hoy confundido en una macro-economía de desarrollo excluyente y exclusivo.
Sobre la tierra de los pequeños, hay historia de la que Usted ha sido principalísimo actor señor presidente. Su diagnóstico es correcto y esa problemática es la que acomete la Ley 28298; no vamos a seguir con lo mismo, simplemente reglamente la ley, legalice con este reglamento su Programa Sierra Exportadora del que ya se habla muy poco y por qué no, reláncelo; ofrezca a través de esa ley el verdadero rescate financiero agrario (RFA) y dé los mecanismos para el desarrollo en libertad mediante la incorporación capitalizada de la propiedad, pero no haga lo que parecería una intención evidente del “articulista”: dejar en corto plazo sin efecto los sucesivos -creo que son 7- RFAs que sólo han rescatado los balances de las entidades financieras (y no a los agricultores, salvo algunos poquísimos “afortunados”) y dar así paso a las ejecuciones de garantías por los Bancos, al amparo de un dispositivo legal (que es a todas luces ilegítimo), la ley de instituciones financieras ... (ley de bancos); y entonces propiciar un “mercado de tierras” que comenzará por remates dirigidos o digitados a “precio de regalo” para “gente afortunada”, como ya se han visto muchos casos.
Si hace lo primero, pasará como presidente a la historia por la puerta grande.
Sobre las comunidades, claro está, hay de las unas y de las otras. Las legítimas deben ser respetadas y su desarrollo está también contemplado -disculpe la cantaleta- en la misma ley, a través del modelo de las Empresa Productivas Capitalizadas Comunales que, aportando las tierras, podrán asociarse con el capital dinerario y la tecnología. Muchas comunidades e incluso inversionistas, están a la espera de la reglamentación de esa ley que no es “populista” como un economista quedado en el pasado la calificó, precisamente en el diario “El Comercio” cinco días después de su promulgación en julio 2004; sino todo lo contrario, es una ley capitalista, como los modelos empresariales considerados lo indican, basada en los sólidos principios del “libre mercado y la modernidad”. No se necesita de un Estado paternalista estamos de acuerdo señor, se necesita de un Estado promotor, que hasta hoy no lo vemos.
Todo este esquema producirá que se revitalicen la clase media y los profesionales –hoy muchos subempleados, fuera de los que salen cada año de las universidades- necesarios en la intermediación del recurso gerencial, administrativo y de la asistencia técnica, lo que hará posible la eficiente aplicación de la ley. Se generará trabajo multinivel y se mejorará la calidad de vida de toda la población, formalizando de manera promotora el empleo productivo y sostenible.
Reitero señor García (le hablo al articulista, no al presidente), no hay tal perro del hortelano; lo que sí se nota es la clase de perro que describe el economista Francke: el perro de presa; no lo permita señor, por el bien de esos mismos perros (no soy peyorativo, repito la figura de los articulistas), que pueden ser muy positivos dentro del sistema positivo y ganar mucho sin depredar ... después de todo ¿qué culpa tienen los perros?.
El tema de los nuevos recursos mineros por explotarse como es harto conocido, se mueve por intereses, unos más fuerte que los otros y esos intereses usan a la población y utilizan a los alcaldes. Lo importante es que su gobierno detecte y enfrente decididamente al más gravitante de esos intereses, entre los cuales están p.e. los intereses de los competidores que –como sería en el caso de Majaz- no querrían que ese yacimiento se explote por razones de competencia o tal vez haya algún otro interés oculto a la opinión pública. Parece que el gobierno escucha la música pero no conoce al músico. Revise el caso de Manhattan y encontrará que todo era armonía con la población hasta que llegó un brillante gerente al que se le ocurrió recortar la inversión en la partida social, entraron las ONG’s y el resto, es historia conocida.
Sobre el petróleo, tiene Usted razón; sólo que se debe acometer de manera ordenada y con el debido cuidado por el medioambiente.
En cuanto al mar, tema también incluido en la varias veces mencionada ley, sugiero al presidente que vaya directo a la acción y piense seriamente en devolver el Ministerio de Pesquería (o de una vez haga un gran Ministerio de la Producción con muy fuertes Vice-ministerios). Si me permite, el Perú es históricamente minero, luego fue agricultor y es sin duda pesquero. El mayor potencial de generación de empleo productivo hoy, está en la recuperación y reconversión de la agricultura, incluidas la actividad pecuaria y forestal; la agroindustria y especialmente los biocombustibles (a pesar de los agoreros en contra, el Perú será muy competitivo en este campo, sin menoscabo alguno de la producción alimentaria); pero, si bien la gran generación de empleo no está en la minería ni en la pesquería, estas son hoy actividades gravitantes que requieren de atención especial y dedicada.
Sobre la energía, el Perú –después de la exURSS y los EEUU- es el país con mayor potencial hidro-energético del Mundo; pero desde que apareció Camisea, se paralizó el desarrollo de hidro-eléctricas, la generación más limpia y de mejor costo-beneficio que existe; reactive los proyectos hidro-eléctricos, eso es estratégico, tiene Usted razón. Tenga la seguridad que los pobladores de las zonas de desarrollo lo aplaudirán y no permitirán ingerencia ninguna de ONG’s, pero deles a la vez su posibilidad de desarrollo agrícola y agroindustrial a través de las Empresas Productivas Capitalizadas que propicia la ley marco 28298 y ... bienvenida la inversión privada y la participación de los profesionales peruanos todos asociados en libertad; eso es verdadero “libre mercado”, ese es el marco que se debe promover, no la “ley del más fuerte”.
Sobre el tema de la educación nadie puede estar en desacuerdo con lo que hace su gobierno señor presidente; sólo la mediocridad. Lo que sí debe apoyar siempre más, es la salud.
Pero los pobladores del Perú rural quieren soluciones, no calificativos; si hay “perros del hortelano”, son unos pocos que viven de que exista pobreza y que quedarán sin actividad cuando el Perú progrese y vaya dejando la pobreza atrás; no son canes los pobres que hoy viven marginados por falta de soluciones y capacidad de los gobiernos de promover el desarrollo extensivo con inclusión. No los despoje de sus pequeñas propiedades, propicie su incorporación gradual; no permita la ejecución abusiva de tierras por los bancos y cajas rurales, bajo la estrategia de generar un “mercado de tierras”; ello puede ser muy peligroso.
Tiene Usted finalmente señor presidente desde hace algunos meses, una propuesta de proyecto de ley para crear los Fondos de Garantía Regionales – FONGAR Productivo, con rentas regionales y municipales del año 2006 no utilizadas ni comprometidas, que permitirán “apalancar” no menos de S/.5,000 millones de créditos para hacer un “sistema” con la Ley Marco 28298, el Programa Sierra Exportadora y con una nueva propuesta que estamos dispuestos a hacerle llegar sobre “Desarrollo Territorial Productivo”. Con todo respeto señor Presidente de la República, hay soluciones y están en sus manos.
Agrego el primer comentario recibido de entre los amigos con quienes compartí este artículo antes de enviarlo:
Una única pregunta ¿García y Compañía, representa a ese de grupo de "Perros de Presa", o es el adalid de la "jauría?; si este es el escenario, ¿Va a querer comer y dejar comer?. Por favor, estamos ante un grupo que está estructurando una gran corporación empresarial que maneja: Estado, Financiamiento, Mercado, etc ... y todo esto, frente a una oposición pírrica e incapaz.
Nos toca resistir cuatro años mas y preparar alternativas de liderazgo diferentes. No hay un líder en la escena capaz de levantar la propuesta y la protesta nacional, hay que trabajar con los menos malos.
Abrazos
Documentos sobre temas generales de interés. Artículos sobre Política, Economía, Sustentabilidad, Desarrollo Empresarial y actualidad en general, con énfasis en la Realidad Peruana - Luis Bravo Villarán; Perfil: https://www.google.com/profiles/luisbravovillaran#about
viernes, noviembre 02, 2007
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