sábado, enero 30, 2010

Una muy buena noticia … pero

por Luis Bravo Villarán (29 de Enero 2010)

Colocación de emisiones para financiamiento de empresas batió récord el 2009 en el Perú

Las colocaciones de valores (bonos corporativos, bonos de titulización, instrumentos de corto plazo y otros tipos de títulos) alcanzaron un máximo histórico de US$ 1,710 millones el 2009, esto es 21,2% más que el año anterior, anunció hoy la Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores (Conasev). El anterior récord histórico se logró el 2007, con US$ 1.670 millones. Las colocaciones de mayor volumen correspondieron a Kallpa Generación (bonos corporativos por US$ 172 millones de dólares) Perú LNG (bonos corporativos por US$ 200 millones) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) con bonos corporativos por 144,25 millones de nuevos soles.

Da cuenta Alerta Económica de Maximixe el 20/01/2010

Resulta también buena noticia que las colocaciones de los bancos hayan subido en el 2009 respecto del 2008; es decir, el crédito ha apoyado el crecimiento del último año, aunque se haya crecido menos respecto a años anteriores por efecto de la crisis financiera internacional que se gesta desde el año 2000, se desencadena en el 2007 y revienta en el 2008.

Otra buena noticia es que las AFP’s después de resentir la crisis, se han recuperado rápidamente dado que sus títulos, si bien perdieron valor en el mercado coyunturalmente, estaban respaldados por activos subyacentes de valor, que rápidamente reponen valor de mercado a los títulos cuando la marea se calma y se nota una cierta recuperación. Unicamente resulta materia de preocupación, si la rentabilización de las AFP’s pueda haberse logrado de manera importante a través de la especulación con el dólar (según mención de la ministra de economía) que como se recordará subió concertadamente inmediatamente después de la crisis (ocurrió en casi todo el Mundo para defender el dólar por ser la moneda de reserva en muchos países), para luego caer como era natural dada la sobre-emisión de esa moneda por la Reserva Federal Americana. Ya localmente una concertación inter-institucional (p.e. entre AFP’s y Bancos relacionados …) puede haber tomado ventaja primero de la subida ficticia y forzada, y luego de la bajada del dólar, lo que es permitido por el “libre mercado”, del que naturalmente toman ventaja los de mayor poder.

Me temo que estas y otras buenas noticias, son más cuantitativas (ayudan a la cosmética estadística) que cualitativas, descontando el consumo estacional de fin año para el que inyectó liquidez de diversas formas. El fondo sigue más o menos igual y con un inminente peligro de perderse el equilibrio, ya que no es sostenible que ahora se defienda el tipo de cambio –bajo para los exportadores- con compras diarias por el BCR.

La realidad del dólar no es aún clara; cuando se mide por el crecimiento del PBI corregido por inflación v.v. la emisión de moneda y la deuda de los EEUU, esa moneda ha perdido un 30% de su valor entre el 2000 y el 2009. Pero cuando se voltea al mercado secundario donde se tranzan los famosos “derivados”, la cosa pierde toda proporción y difícilmente alguien puede precisar cuánto valor ha perdido realmente el dólar. Basta ver que en el mundo a 1990, la capitalización de acciones representativas de capital corporativo-empresarial (que razonablemente son respaldadas por activos subyacentes de valor), era de $37 trillones versus $5.7 trillones de las transacciones de “derivados” en los mercados alternos o secundarios; situación que al año 2006 se revierte, viéndose que la capitalización de acciones alcanzó $51 trillones (razonablemente se aproxima al crecimiento productivo corregido) y las transacciones de “derivados” $415 trillones (crecimiento especulativo; es decir, BURBUJA). Allí está oculto el verdadero (inmenso) problema que haría, en función de la distribución de estas transacciones en los diversos países (desde Rusia por la vía occidental hasta China), que el dólar pueda tener menor valor que el que se puede medir a través de las herramientas macro-económicas, ya que resulta evidente la falta de respaldo de valor entre las transacciones en “acciones representativas de capital” (que reflejan –reitero razonablemente- el valor de los activos productivos en los mercados del mundo propiedad de las empresas y corporaciones listadas) y las transacciones en “derivados” (que son pura especulación insana). ¿Qué parte de esta descalce se le debe atribuir a las finanzas americanas (USA)?; y por tanto. ¿en qué medida afectan el valor del dólar?. Dentro de mi ignorancia, me atrevería a afirmar que esto no está en ningún libro de economía.

Con esta situación externa –aún muy incierta- hay que tener mucho cuidado con el manejo económico-financiero en nuestro país, para lograr un adecuado equilibrio entre un dólar más bajo, el peligro de una inflación creciente, la tasa de interés (que se reajustaría al alza) y el control del gasto público. Esto debe pasar por el expediente –sin coactar la libertad de mercado, pero sí mediante una adecuada regulación- de evitar la especulación monetaria por los conglomerados de poder.

En esa orientación (mantener el adecuado equilibrio de los factores claves para evitar lo que se puede venir), es importante re-evaluar la reactivación basada casi exclusivamente en obras de infraestructura y la construcción civil, que tienen un horizonte limitado y que terminará irremediablemente afectando el balance presupuestal y alimentando la inflación, sino se complementa esta política, con la reactivación de los mercados internos que transita por orientar el crédito –hoy severamente restringido- al desarrollo de iniciativas productivas a partir de las pequeñas y medianas empresas (el sistema financiero peruano, está orientado a la gran empresa y medianas mayores, al mercado hipotecario, al consumo y a la micro-pequeña empresa).

COFIDE que es la institución llamada a apoyar el desarrollo precisamente de ese nivel (pequeño-mediano), luego de la crisis global, decidió invertir su política de promoción de créditos; y en vez de ir por ese camino –el de la promoción- decidió que sea la banca comercial, la que evalúe y decida qué operaciones deben ser apoyadas con crédito dentro de sus esquemas tradicionales, limitándose la Corporación Financiera de Desarrollo a ofrecer garantías parciales a esas operaciones, totalmente sometida a la banca comercial, que como bien se sabe –y su nombre así lo indica- es comercial y no de desarrollo. Por tanto, desde hace poco más de un año, el Perú dejó de tener un banco de desarrollo (aunque de segundo piso), para someterse a la banca comercial, que tiene otros criterios de evaluación.

Así, un sistema como el peruano (actual), sin banca de inversión y ahora sin banca de desarrollo, restringe severamente sus posibilidades de promover eficaz y eficientemente, el nivel empresarial pequeño-mediano, que es el colchón de competitividad de toda economía sana; y limita también severamente, sus posibilidades de reactivar el mercado interno a través de la expansión diversificada de la actividad productiva, única vía sostenible de reactivación de la economía en este turbulento escenario económico-financiero mundial … así el camino al déficit fiscal y la inflación parece inevitable; y no se salvará esta situación con fórmulas o recetas monetarias en función de un enfermo grave: el dólar.

LBV