Parte I
por Luis Bravo Villarán
En el Ensayo “Globalización Sustentable” (mayo-julio 2005), expusimos: «..., más la inmensa masa de dinero criminal hace que –con doble juego- se permitan las transacciones de dinero –sin sustento productivo (dinero que respalda dinero)- en los mercados secundarios donde hoy concurren todos los Bancos que pueden para hacer “rentabilidades” de corto plazo de manera relativamente sencilla (entonces; ¿para que arriesgar en créditos a empresas o proyectos?). De esta manera –creándose en el camino cuasi dinero- se trata de re-encintar la masa monetaria de dólares y de controlarla, lo que es ya casi un imposible.Esta enorme masa monetaria (que estaría gestando una inmensa burbuja especulativa), sigue creciendo y ya no se puede más, HAY QUE COLOCARLA EN PROGRAMAS / PROYECTOS que la sustente con actividades productivas generadoras de desarrollo -como se ha mencionado- con base a activos subyacentes de valor. ... ».
James Petras, escribió el año pasado en “solidaridad.net”, el artículo: “Dinero negro: Fundamento del crecimiento y del imperio de los Estados Unidos”, que editamos y reordenamos, glosándolo a continuación:
Una de las principales causas del empobrecimiento y de las crisis que tienen lugar en Africa, Asia, América Latina, Rusia y los demás países de la ex URSS y de Europa Oriental es el pillaje de la economía y los cientos de miles de millones de dólares que se sacan de esos países a través del sistema de corresponsalía bancaria ligado a los principales bancos de Estados Unidos y Europa. Sólo en Rusia la suma de los capitales transferidos ilegalmente durante la década de 1990 supera los 200.000 millones de dólares. Los movimientos masivos de capitales provenientes de los países citados y dirigidos a los bancos de Estados Unidos y Europa han provocado el empobrecimiento masivo y la inestabilidad y las crisis económicas. Asimismo, se ha incrementado su vulnerabilidad a las presiones del FMI y del Banco Mundial para que liberalicen sus sistemas bancario y financiero, lo que provoca nuevas salidas de capital y nuevas desregulaciones que a su vez provocan una mayor corrupción y transferencias al extranjero a través de los bancos privados, como indican los informes del Senado. La creciente polarización mundial hunde sus raíces en este sistema organizado de transacciones financieras criminales y corruptas. Mientras la especulación y el servicio de la deuda externa contribuyen sin duda a la degradación del nivel de vida de las zonas en crisis, el sistema multibillonario (con «b») de blanqueo de dinero y los servicios bancarios favorecidos por directivos corruptos, constituyen un factor mucho más decisivo, que sostiene la prosperidad occidental, el edificio imperial de los Estados Unidos y la estabilidad financiera. La escala, el ámbito y el marco temporal de las transferencias y del blanqueo de dinero, la centralidad de las principales corporaciones bancarias y la complicidad de los gobiernos sugieren decisivamente que las dinámicas de crecimiento y estancamiento, del imperio y de la recolonización están íntimamente relacionadas con una nueva forma de capitalismo construida en torno al pillaje, la criminalidad, la corrupción y la complicidad.
El senador estadounidense Levin, lo resume así: «Se calcula que una suma de entre medio y un billón de dólares, procedente de los medios de la delincuencia internacional, se mueve a escala internacional y se deposita en cuentas bancarias. La mitad de esa suma viene a parar a los Estados Unidos.»
Se estima que la importancia del dinero blanqueado no hará sino aumentar. Un ex directivo de un banco comercial, Antonio Geraldi, pronosticó un importante crecimiento del blanqueo de dinero por parte de los bancos de los Estados Unidos, en su intervención ante un subcomité del Congreso. «Según las previsiones, el monto del dinero blanqueado alcanza billones de dólares, con un crecimiento desproporcionado respecto a los fondos legales.» Los 500.000 millones de dólares de origen ilegal que ingresan en los principales bancos estadounidenses y circulan por ellos superan los ingresos netos de todas las compañías de computación de los Estados Unidos, y por supuesto sus beneficios. Esas entradas anuales sobrepasan todas las transferencias netas realizadas por las principales compañías petrolíferas y militares y las fabricantes de aviones.
Washington y los mass media nos presentan a los Estados Unidos como los paladines de la lucha contra el narcotráfico, el blanqueo de dinero y la corrupción política; una imagen correspondiente a un país de manos limpias que combate el dinero negro proveniente del Tercer Mundo o de los países del bloque ex comunista. La verdad es exactamente lo contrario. Los bancos estadounidenses han desarrollado una sofisticada gama de métodos de transferencia de fondos ilegales hacia los EE UU y para su inversión en empresas legítimas o en bonos del Tesoro, lo que los legitima. El Congreso de los Estados Unidos ha celebrado numerosas audiencias y ha elaborado detallados informes sobre las prácticas ilícitas de los bancos; ha aprobado leyes y exigido un más riguroso cumplimiento de las mismas por parte de las autoridades bancarias de supervisión y de los banqueros privados. Sin embargo, los principales bancos continúan con sus prácticas y las sumas de dinero negro crecen exponencialmente debido a que ni el Estado ni los bancos tienen la voluntad ni el interés de poner fin a unas prácticas que proporcionan pingües beneficios y sirven de respaldo a un imperio que de otro modo sería frágil. ... cabe destacar que el negocio de blanqueo de dinero, sea éste de origen criminal o corrupto, es que lo practican los más importantes bancos de los Estados Unidos...
Las corporaciones privadas de inversión son creaciones de los mismos bancos, destinadas a mantener y esconder los activos de algunos de sus clientes. Los directivos, administradores fiduciarios y accionistas de esas corporaciones son a su vez corporaciones ficticias controladas por el banquero privado....
Los bancos corresponsales son la segunda vía relacionada con la anterior, que los grandes bancos utilizan en el blanqueo de miles de millones de dólares de dinero negro. Por este término se entiende la prestación de servicios por parte de un banco a otro banco. Se trata de un sector importante de las grandes corporaciones bancarias, que proporciona un elevado margen de beneficios. Hace posible que bancos extranjeros puedan realizar sus negocios y facilitar servicios a sus clientes —incluyendo entre éstos a traficantes de drogas y otros delincuentes— en territorios como los Estados Unidos, en los que dichos bancos no disponen de presencia física. Un banco registrado en un país extranjero atrae y custodia los intereses de sus ricos clientes delincuentes interesados en blanquear dinero en los Estados Unidos.
En junio de 1999, las cinco principales corporaciones bancarias de los Estados Unidos mantenían en sus cuentas de corresponsalía unos depósitos superiores a los 17.000 millones de dólares; los balances totales en este mismo concepto de los 75 principales bancos corresponsales era de 34.900 millones de dólares. Para los delincuentes multimillonarios una importante característica de las relaciones de corresponsalía consiste en que proporcionan acceso a los sistemas internacionales de transferencias; es decir, que facilitan la rápida transferencia de fondos a través de las fronteras y en el interior de los países. Las estimaciones más recientes (1998) indican que 60 paraísos fiscales en todo el mundo tienen licencias otorgadas a 4.000 bancos off-shore que controlan aproximadamente 5 billones de dólares de activos (1 billón = 1 millón de millones).
Hasta aquí la glosa del artículo de James Petras.
En la segunda parte de este Artículo, expondremos cómo funciona este gran mercado de dinero y como las Normas de la SEC (Security Exchange Commission) de los EE.UU. permiten y regulan estas operaciones.
Sistema Financiero Globalizado; ¿más allá de la comodidad? – Parte II
por Luis Bravo Villarán
« Hazel Henderson futuróloga norteamericana, lo llamó: el “casino global”, dónde un número muy pequeño de personas está apostando (timbeando) todos los días para ganar dinero. En efecto, la Señora Henderson dijo: “Los especuladores son responsables de por lo menos 90% de las transacciones corrientes que diariamente se realizan en los mercados. Los economistas tradicionales han dicho siempre que el intercambio monetario crea mercados profundos; pero recientes estudios revelan lo opuesto. No sólo este intercambio monetario incrementa la volatilidad, pero los operadores de estas transacciones están propensos al error…” pienso que aquí queda implícito el hecho que, puesto que el "mercado libre" no es tan libre -en el sentido que sólo algunos tienen acceso y suficiente poder (tamaño) para afectar las transacciones- por consiguiente, lo que es conocido como arbitraje realmente terminaría siendo una manipulación … los especuladores son los que arbitran. Si hubiera un gran número de ellos con un "poder" (tamaño) similar, ellos harían los mercados de verdad más eficientes a través del arbitraje; pero no es el caso, son unos pocos que concentran el poder a través del manejo del dinero.»
En efecto, revisemos las regulaciones de la SEC (Security Exchange Commission) de EE.UU. sobre las operaciones en Mercados Secundarios que es donde recurren los “Bancos y Fondos de Inversión”, a lo que la señora Henderson llama el “casino global”:
La Oferta Pública: Registrada con la SEC / Registrada en un Estado de la Unión / Bajo Regulación A / Bajo la Regla 504U-4;
La Oferta Privada: Bajo la Regla 505 / Bajo la Regla 506 / Sección 4(2) - Acto 1993 / Bajo la Sección 4(6) - Acto 1993
Regulación A: provee el camino para levantar fondos hasta por US$ 5’000’000 a través de la venta de títulos sin registrar la oferta con la SEC; debe sin embargo el Emisor, cumplir con los requerimiento de la ley estatal de títulos. No aplicable para derechos sobre petróleo, gas o minerales.
Regulación D: aplicable desde cantidades menores a US$ 1’000,000 hacia arriba sin límites. Para operaciones de US$ 1’000,000 o menos, no se puede aplicar para derechos sobre petróleo, gas o minerales / Puede proveer el camino más común para levantar el fondeo de cantidades significativas de dinero, a través de la venta de títulos sin registrar la oferta con la SEC. Contiene tres excepciones de registro: Reglas 504, 505 y 506.
EL CLUB: ¿Quiénes pueden participar?; según la Regla 501 (a):
a. Inversionistas Institucionales: Bancos, Entidades de Ahorro y Crédito, Cías. de Seguros, Cías. de Inversiones, Cías. de Fondos de Pensiones privadas y estatales
b. Compañías Privadas de Desarrollo de Negocios como se definen en la Secc.202(a)(22) Acto 1940 Consultoras de Inversiones
c. Entidades Liberadas de Impuestos y otras Lucrativas que no se formen con el propósito específico de levantar la inversión; y con activos mínimos por US$ 5’000,000
d. Directores, Ejecutivos, Oficiales y Socios Generales y otros del personal del Emisor
e. Personas naturales que cumplan ciertos pre-requisitos patrimoniales y de ingresos.
Además de los instrumentos que se mueven en el Mercado Financiero y de Capitales (Fondos Federales, Bonos y Notas Corporativas, Certificados de Depósito-Eurodolar, Títulos Hipotecarios Respaldados, Moneda Extranjera, Futuros y Fordwards, Opciones, Commodities, Inversión en Acciones ...), específicamente los Mercados Secundarios se mueven con los llamados “Papeles Comerciales” (Comercial Papers - CP), que no son sino “pagarés” de corto plazo, con vencimiento definido, (normalmente) sin respaldo, emitido en mercados abiertos, como una obligación de la entidad emisora. El CP es un instrumento de descuento, lo que significa que es vendido a un precio menor que su valor al vencimiento (aunque ocasionalmente se emiten remunerando una tasa de interés).
Para entidades con clasificación suficiente, los CP’s son generalmente respaldados con líneas de crédito bancarias o mediante cartas de crédito stand by. Su plazo de vencimiento va desde menos de 30 días hasta 270 y ocasionalmente hasta 360 días. Normalmente, 30 a 50 días; la mayoría tiene vencimiento menor a 30 días. La SEC normalmente no exige el registro de operaciones menores a 270 días. Los emisores prefieren emitir los CP’s a menos de 90 días, de manera que los Bancos pueden usarlos como colateral ante la ventanilla de descuento de la FED.
La mayoría de los emisores requieren financiamiento corriente y compran y venden los CP’s una y otra vez dentro de su plazo de vencimiento; incluso usando nuevos procesos para pagar los CP’s vencidos.
La transacción mínima es en lote de $100,000; algunos emisores venden denominaciones de $25,000.
La cotización se basa sobre una tasa de descuento a 360 días. El CP se emite normalmente “al portador”, pero también puede girarse de manera “nominal”.
A través de la operación de los CP’s, se logran rentabilidades sustantivamente más altas que las que se logran con otros instrumentos en los Mercados Financieros Primarios.
Las emisiones se hacen típicamente a través de colocaciones privadas y generalmente no son clasificadas. Corporaciones extranjeras también pueden emitir CP’s. Los Bancos son muy activos en el mercado de CP’s como emisores, inversionistas, dealers y prestatarios de líneas de crédito de respaldo a los CP’s. En EE.UU. a 1996 se operaron más de $800 billones (70% entidades financieras; 20% no financieras; y 10% corporaciones extranjeras). Crecimiento entre 1991-1996: 50%. Hoy se supera los $1.4 trillones.
La clasificación de crédito es crucial en el mercado de CP dado a que la mayoría de los inversionistas restringen sus inversiones a CP de alta calidad y sólo compran CP clasificados. Para tal fin, las Agencias Clasificadoras, requieren que los emisores prueben que tienen liquidez adecuada de corto plazo. Algunos emisores mejoran su clasificación crediticia, obteniendo respaldo mediante SB-L/C o a través de la colateralización con activos subyacentes de valor, de modo de garantizar el pago.
La naturaleza de corto plazo de los CP’s en conjunto con el “bajo riesgo de crédito” asociado y gran número de emisores, hace de los mismos, un instrumento de inversión de corto plazo atractivo para muchos inversionistas. Compañías (también Bancos) de Inversión, especialmente los “fondos de dinero”, son los mayores participantes en el mercado de CP’s. Otros son los departamentos de “trust” de bancos, compañías de seguros, portafolios corporativos de liquidez y gobiernos estatales y locales.
El CP es considerado un crédito al emisor y está por tanto, sujeto a los límites de préstamos aplicables a la institución adquiriente. Un tratamiento diferente sería aplicable a los CP’s exceptuados de impuestos de manera general, en cuyo caso no hay limitación.
Podríamos seguir profundizando sobre el tema, pero considero que lo expuesto es suficiente para darse cuenta de cómo opera este “exclusivo Club del Dinero”. Sí es importante ver como la SEC se preocupa para que no se realicen operaciones fraudulentas -para lo que se deben tener en cuenta ciertas medidas preventivas- e indica que «... es ilegal entrar fraudulentamente en la oferta de venta de un título. Bajo la mayoría de las circunstancias es también ilegal vender títulos que no hayan sido registrados con la SEC de los EE.UU.. Como título se incluyen los siguientes items: “letras de cambio”, “acciones”, “bonos” y “obligaciones” así como en términos generales, los “contratos de inversión” y cualquier interés o instrumento comúnmente conocido como “título”...»; y los CP’s?; sólo los que vayan más allá de los 270 días; o sea casi ninguno.
La potencial responsabilidad penal de lavado de dinero puede surgir para un inversionista -por ignorancia- a través p.e., de una transacción con reserva de fondos. La transacción con reserva de fondos puede operar como un subterfugio para internar y poner en el circuito legal, fondos ilegales de co-inversionistas inescrupulosos. Estos pueden normalmente realizarse a través de la consolidación en “pool” de paquetes de US$1’000,000. En esta situación no existe ningún programa con fondos de la FED; y las ganancias pagadas son proveniente de fondos criminales.
Entrar en la acción criminal resultante, es inocente y fácil; pero conseguir salir de ella, es a menudo muy difícil pues siempre hay problemas de diligencia debida (due diligence) para el inversionista que deviene en prosecución; es decir, el contencioso que el inversionista es visto con una óptica inversa, al estar recibiendo “fondos lavados”. Para el inversionista el lavado de dinero es un problema creciente; y el intermediario –en teoría- tiene la misma responsabilidad por aplicación del estatuto de conspiración.
Pero, ¿esta “letra” funciona para todos, incluidos los miembros del Club?; ¿no resulta perceptible que se está manejando una doble moral?
LABV.
Documentos sobre temas generales de interés. Artículos sobre Política, Economía, Sustentabilidad, Desarrollo Empresarial y actualidad en general, con énfasis en la Realidad Peruana - Luis Bravo Villarán; Perfil: https://www.google.com/profiles/luisbravovillaran#about
jueves, noviembre 24, 2005
46. El TLC y los Productos Sensibles Parte IV de IV
Caña de Azúcar y Conclusiones
por Luis Bravo Villarán
La caña de azúcar –y por supuesto el azúcar- cultivo en el que el Perú era uno de los líderes indiscutibles hasta 1966 y en el que aún hoy –a pesar del mal manejo- muestra la más alta productividad del Mundo (sobre 120 TM/ha), se ha debatido desde los 90’s, entre el “cooperativismo mafioso” (en realidad el post-cooperativismo manipulado por intermediarios) y la “privatización cavernaria”. Fue gracias a la debacle que se generó en este sector en la década de los 60’s, que magníficos profesionales peruanos salieron a Brasil y Colombia fueron los pilares en esos países de sendos desarrollos del sector azucarero, donde Brasil es hoy líder indiscutible, a pesar que la productividad en ese país –con buen manejo- no alcanza ni siquiera a 80 TM/ha.
Hoy ya hay nuevas experiencias en el Perú, que muestran productividades espectacularmente más elevadas, incluso en desarrollos de la caña en arenales (Chavimochic), en las que se han logrado largamente, más de 200 TM/ha. PERU –gracias a sus ventajas comparativas naturales- ES EL PAIS CON MAYOR POTENCIAL COMPETITIVO DEL MUNDO EN CAÑA DE AZUCAR.
¿Debemos seguir protegiendo este sector?. La respuesta simple es: NO!!!. La protección patrimonial a las excooperativas azucareras debe terminar, pues sólo se está protegiendo a las mafias que las controlan y que manejan la comercialización y el contrabando; beneficiando de paso en exceso, a las Azucareras que han ido mejorando su eficiencia operativa, que están hay haciendo elevadísimas rentabilidades, gracias a esta indebida protección. Las excooperativas azucareras ineficientes o se vuelven eficientes y se alejan del intermediario mafioso, o se modernizan y migran a la producción de Etanol, producto que debería estar en la mesa del TLC, pero a nadie se le ocurre, porque los “expertos peruanos de hoy” creen que no es rentable a partir de la caña de azúcar; que barbaridad, los Brasileños –líderes en el Mundo de la producción de Etanol a partir de caña, deben entonces estar totalmente insanos; lo producen a un costo de $0.20/Lt, (versus $0.35 en EE.UU., igual en China, más de $0.50 en la UE); y en la costa peruana se podría producir en promedio a $0.15/Lt. (o menos) con mercados de exportación asegurados. El impacto en la Balanza Comercial podría incrementarse entre entre $800 a $1,600 millones en cinco años; y entre $2,300 a $5,000 millones en 10 años dependiendo de la inversión, porque no hay lugar en el mundo que se pueda producir Etanol más económico y eficiente que en la Costa Norte del Perú.
Es sencillo: con dos o tres empresas azucareras eficientes para regular el mercado y el precio del azúcar basta, pues lo que se debe hacer en el Perú es importar el azúcar y dedicar toda la caña posible con un manejo eficiente y por supuesto coherente (es decir coordinado y no con el “cada uno para su santo” como se usa en el Perú) a la producción de Etanol, para los mercados local y de exportación. En 50 años ya no habrá petróleo y ya se pasó el “punto de inflexión” (p.e., en EE.UU. hoy se importa mucho más de lo que se produce); por tanto hay que aprovechar esta enorme ventaja que tiene el Perú y hacer todo el Etanol que sea posible (PRODUCTO AGROINDUSTRIAL que no debe ser tratado desde el punto de vista tributario como los derivados del petróleo). ¿Cuántas hectáreas se pueden desarrollar?; dentro de un escenario normal, no menos de 1 millón de hectáreas; y dentro de un escenario más agresivo, se podrían llegar hasta 2 millones de hectáreas en unos 15 a 20 años. Los expertos dirán y ¿de dónde sacamos esas áreas?; de los arenales de la costa norte. ¿Con qué agua?; con la que se pierde en el océano en la avenida de los ríos, haciendo simples obras de contención en segundas y terceras terrazas, con movimientos de tierra –lo que no implica grandes inversiones- y con riego tecnificado (reiteramos los extraordinarios resultados en los arenales de Chavimohic que está obteniendo Laredo). ¿Con que dinero?, esa es la parte más simple; es cuestión de articular un Sistema de Inversión Extranjera Asociativa (no como el actual sistema subastador) que se facilita con la Empresas Productivas Capitalizadas –EPC’s- por la aplicación de la Ley 28298.
Concluyamos esta serie de artículos sobre los “Productos Sensibles del Agro y el TLC”, contestando las reiteradas preguntas que hemos planteado a través de los mismos, ensayando un escenario positivo para el Perú y en particular para los agricultores peruanos, que redundará en beneficio de todos los peruanos, excepto de aquellos que no quieren que esto se haga:
Imaginemos unas 250,000 hectáreas de Trigo, otro tanto de Maíz Amarillo Duro y 180,000 hectáreas de Algodón. Las de Trigo y Maíz rotando con una leguminosa (fríjol), que podría ser p.e. la Soya (ciclo agronómico de 110 a 120 días; con un muy importante hectareaje potencial) incrementando significativamente la rentabilidad anual para los agricultores conformados en EPC’s. Ya no habría que importar ni Trigo, ni Maíz AD, ni Algodón; y, a la vez de atender las necesidades industriales directas con esos productos, se podría desarrollar –además- una muy importante industria aceitera de maíz, de soya y de pepitas de algodón. Claro esto podría contrariar a los industriales del aceite de palma (el aceite saturado más pro-cancerígeno que se produce y se vende a los peruanos) y entonces vienen las explicaciones y las reacciones para que esto no se haga, se proceda a la firma del “TLC sí o sí” y el Perú siga estancado, entregando los mercados más estables que la Agricultura puede tener (los mercados internos del Trigo, del Maíz AD, del Algodón y de paso el de la Soya u otros frijoles) a los países que nos venden hoy esos productos, entre ellos y principalmente, los EE.UU..
¿Quieren profundizar más el análisis cualitativo y cuantitativo?; si los expertos negociadores del TLC y los líderes de opinión así lo deseasen, estamos a disposición. Pero completemos el cuadro con una comparación que nos parece fundamental tomando como correctos los estándares del MINAG presentados por el Ministro Ferrero al Congreso en Marzo 2005. En efecto, si tomamos el hectareaje total sembrado o plantado de los productos estrellas del TLC: espárrago, palta, mandarina, mango y limón, -lamentablemente las Estadísticas del MINAG no reportan los otros productos- llegamos a un total estimado al 2003, de 67,000 hectáreas, con una ocupación de 19.0 millones de jornales. Si aceptamos que en 5 años más esta producción de va a triplicar –esperamos y ojalá se multiplique aún más- con o sin TLC, el total de jornales sería: 57.0 millones; redondeemos a 80 millones con todos los demás productos estrellas. Ahora bien, tomemos la ocupación de jornales asumiendo que en cinco años se llegarían a los hectareajes necesarios de Trigo, Maíz AD, Algodón y sus productos de rotación para ponerlos en comparación anual, se alcanzaría un total aprox. de 84 millones de jornales; ello sin contar la caña de azúcar y el arroz, con lo que esta cifra se va un valor bastante mayor; sin embargo, lo mencionado es suficiente para demostrar que los negociadores del “TLC sí o sí”, no tienen argumentos ni sustento alguno para regalar el mercado peruano a los importadores, liberalizando la importación del Trigo, el Maíz AD y el Algodón.
Una mención aparte –y un artículo especial- merecen los lácteos (entre ellos singularmente la leche en polvo), sobre los que se puede afirmar sin ningún temor, el Perú puede auto-abastecerse sin problemas. Esto reforzará aún más la demostración.
Dejamos a los expertos del TLC que reporten cuánto va a mejorar la Balanza Comercial del Perú en cinco años por efecto de la mayor exportación de los productos estrellas que sin recato aplaudimos; aquí sólo mencionaremos que por efecto del auto-abastecimiento por producción nacional de Trigo, Maíz AD y Algodón (sólo Piura y Lambayeque), la Balanza Comercial mejoraría en 5 años en unos $600 millones; si consideramos además el Etanol, el incremento se iría a una cifra entre $1,400 millones y $2,200 millones; y el PBI se incrementaría entre $2,000 a $3,000 millones con una capitalización de activos que puede llegar al doble, dependiendo de cuan intensa sea la inversión en el bio-carburante de la caña de azúcar. Ello sin considerar el impacto del Arroz, ni el de los Lácteos. Habrá quienes digan que esto es un sueño; yo sólo les contestaría que son “diminutos mentales”, porque estas proporciones son normales y no asustan a nadie en realidades tan cercanas como Colombia, Brasil, Argentina, Chile y hasta en Bolivia.
Del Diario Gestión 04/11/2005.- Conveagro: Productores de algodón, maíz y trigo no aprueban plan de compensaciones por TLC (Luis Zúñiga, presidente de Conveagro):
Respondió al ministro de Agricultura, Miguel Manrique, quien desautorizó a Conveagro para opinar sobre las compensaciones a los agricultores, señalando que los gremios de productores de algodón, maíz y trigo sí participan en Conveagro.
Además dijo que en ningún momento estos gremios han expresado su conformidad con las compensaciones económicas ofrecidas por el Gobierno frente al TLC.
"El ministro de Agricultura quiere sorprender a la opinión pública y a los productores. El ministro tiene que defender la posición del Gobierno para mantenerse en el cargo, eso es normal y nosotros lo entendemos".
También descartó que como presidente de Conveagro tenga algún interés personal en oponerse al TLC.
Señaló que el Ejecutivo habla de un monto de US$160 millones para compensar a los productores, pero en un plazo de cinco años, es decir, son poco más de US$30 millones al año, que es una cifra "ridícula". (*)
"El ministro Manrique representa al Gobierno que está entregando nuestro mercado en forma gratuita a los productores norteamericanos. Entonces no nos molestamos en pedir el cambio del titular porque será lo mismo, sólo esperamos que termine este Gobierno".
(*) De acuerdo al análisis presentado en esta serie de artículos, la “Utilidad Neta” potencial que se generaría anualmente solamente entre Maíz AD y Trigo por la extensión prospectada, alcanzaría a US$255 millones (a lo que habría de agregarse el Algodón que hemos excluido para no distorsionar el cálculo), versus la PROPINA (que el Estado termina no pagando) de US$30 millones. ¿Han pasado por la escuela primaria los que toman estas decisiones?.
Finalmente, el Gobierno tiene la palabra y esperamos que la decisión sea técnica y no “política”, porque bajo este término –política- cualquier barbaridad puede pretenderse explicar, cuando no hay razones para sustentar las decisiones, otras que las presiones de las fuerzas económicas que influyen en los gobernantes. TLC con EE.UU. sí y con China también, pero bien negociados con equilibrio y garantía de bienestar para todos los peruanos.
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por Luis Bravo Villarán
La caña de azúcar –y por supuesto el azúcar- cultivo en el que el Perú era uno de los líderes indiscutibles hasta 1966 y en el que aún hoy –a pesar del mal manejo- muestra la más alta productividad del Mundo (sobre 120 TM/ha), se ha debatido desde los 90’s, entre el “cooperativismo mafioso” (en realidad el post-cooperativismo manipulado por intermediarios) y la “privatización cavernaria”. Fue gracias a la debacle que se generó en este sector en la década de los 60’s, que magníficos profesionales peruanos salieron a Brasil y Colombia fueron los pilares en esos países de sendos desarrollos del sector azucarero, donde Brasil es hoy líder indiscutible, a pesar que la productividad en ese país –con buen manejo- no alcanza ni siquiera a 80 TM/ha.
Hoy ya hay nuevas experiencias en el Perú, que muestran productividades espectacularmente más elevadas, incluso en desarrollos de la caña en arenales (Chavimochic), en las que se han logrado largamente, más de 200 TM/ha. PERU –gracias a sus ventajas comparativas naturales- ES EL PAIS CON MAYOR POTENCIAL COMPETITIVO DEL MUNDO EN CAÑA DE AZUCAR.
¿Debemos seguir protegiendo este sector?. La respuesta simple es: NO!!!. La protección patrimonial a las excooperativas azucareras debe terminar, pues sólo se está protegiendo a las mafias que las controlan y que manejan la comercialización y el contrabando; beneficiando de paso en exceso, a las Azucareras que han ido mejorando su eficiencia operativa, que están hay haciendo elevadísimas rentabilidades, gracias a esta indebida protección. Las excooperativas azucareras ineficientes o se vuelven eficientes y se alejan del intermediario mafioso, o se modernizan y migran a la producción de Etanol, producto que debería estar en la mesa del TLC, pero a nadie se le ocurre, porque los “expertos peruanos de hoy” creen que no es rentable a partir de la caña de azúcar; que barbaridad, los Brasileños –líderes en el Mundo de la producción de Etanol a partir de caña, deben entonces estar totalmente insanos; lo producen a un costo de $0.20/Lt, (versus $0.35 en EE.UU., igual en China, más de $0.50 en la UE); y en la costa peruana se podría producir en promedio a $0.15/Lt. (o menos) con mercados de exportación asegurados. El impacto en la Balanza Comercial podría incrementarse entre entre $800 a $1,600 millones en cinco años; y entre $2,300 a $5,000 millones en 10 años dependiendo de la inversión, porque no hay lugar en el mundo que se pueda producir Etanol más económico y eficiente que en la Costa Norte del Perú.
Es sencillo: con dos o tres empresas azucareras eficientes para regular el mercado y el precio del azúcar basta, pues lo que se debe hacer en el Perú es importar el azúcar y dedicar toda la caña posible con un manejo eficiente y por supuesto coherente (es decir coordinado y no con el “cada uno para su santo” como se usa en el Perú) a la producción de Etanol, para los mercados local y de exportación. En 50 años ya no habrá petróleo y ya se pasó el “punto de inflexión” (p.e., en EE.UU. hoy se importa mucho más de lo que se produce); por tanto hay que aprovechar esta enorme ventaja que tiene el Perú y hacer todo el Etanol que sea posible (PRODUCTO AGROINDUSTRIAL que no debe ser tratado desde el punto de vista tributario como los derivados del petróleo). ¿Cuántas hectáreas se pueden desarrollar?; dentro de un escenario normal, no menos de 1 millón de hectáreas; y dentro de un escenario más agresivo, se podrían llegar hasta 2 millones de hectáreas en unos 15 a 20 años. Los expertos dirán y ¿de dónde sacamos esas áreas?; de los arenales de la costa norte. ¿Con qué agua?; con la que se pierde en el océano en la avenida de los ríos, haciendo simples obras de contención en segundas y terceras terrazas, con movimientos de tierra –lo que no implica grandes inversiones- y con riego tecnificado (reiteramos los extraordinarios resultados en los arenales de Chavimohic que está obteniendo Laredo). ¿Con que dinero?, esa es la parte más simple; es cuestión de articular un Sistema de Inversión Extranjera Asociativa (no como el actual sistema subastador) que se facilita con la Empresas Productivas Capitalizadas –EPC’s- por la aplicación de la Ley 28298.
Concluyamos esta serie de artículos sobre los “Productos Sensibles del Agro y el TLC”, contestando las reiteradas preguntas que hemos planteado a través de los mismos, ensayando un escenario positivo para el Perú y en particular para los agricultores peruanos, que redundará en beneficio de todos los peruanos, excepto de aquellos que no quieren que esto se haga:
Imaginemos unas 250,000 hectáreas de Trigo, otro tanto de Maíz Amarillo Duro y 180,000 hectáreas de Algodón. Las de Trigo y Maíz rotando con una leguminosa (fríjol), que podría ser p.e. la Soya (ciclo agronómico de 110 a 120 días; con un muy importante hectareaje potencial) incrementando significativamente la rentabilidad anual para los agricultores conformados en EPC’s. Ya no habría que importar ni Trigo, ni Maíz AD, ni Algodón; y, a la vez de atender las necesidades industriales directas con esos productos, se podría desarrollar –además- una muy importante industria aceitera de maíz, de soya y de pepitas de algodón. Claro esto podría contrariar a los industriales del aceite de palma (el aceite saturado más pro-cancerígeno que se produce y se vende a los peruanos) y entonces vienen las explicaciones y las reacciones para que esto no se haga, se proceda a la firma del “TLC sí o sí” y el Perú siga estancado, entregando los mercados más estables que la Agricultura puede tener (los mercados internos del Trigo, del Maíz AD, del Algodón y de paso el de la Soya u otros frijoles) a los países que nos venden hoy esos productos, entre ellos y principalmente, los EE.UU..
¿Quieren profundizar más el análisis cualitativo y cuantitativo?; si los expertos negociadores del TLC y los líderes de opinión así lo deseasen, estamos a disposición. Pero completemos el cuadro con una comparación que nos parece fundamental tomando como correctos los estándares del MINAG presentados por el Ministro Ferrero al Congreso en Marzo 2005. En efecto, si tomamos el hectareaje total sembrado o plantado de los productos estrellas del TLC: espárrago, palta, mandarina, mango y limón, -lamentablemente las Estadísticas del MINAG no reportan los otros productos- llegamos a un total estimado al 2003, de 67,000 hectáreas, con una ocupación de 19.0 millones de jornales. Si aceptamos que en 5 años más esta producción de va a triplicar –esperamos y ojalá se multiplique aún más- con o sin TLC, el total de jornales sería: 57.0 millones; redondeemos a 80 millones con todos los demás productos estrellas. Ahora bien, tomemos la ocupación de jornales asumiendo que en cinco años se llegarían a los hectareajes necesarios de Trigo, Maíz AD, Algodón y sus productos de rotación para ponerlos en comparación anual, se alcanzaría un total aprox. de 84 millones de jornales; ello sin contar la caña de azúcar y el arroz, con lo que esta cifra se va un valor bastante mayor; sin embargo, lo mencionado es suficiente para demostrar que los negociadores del “TLC sí o sí”, no tienen argumentos ni sustento alguno para regalar el mercado peruano a los importadores, liberalizando la importación del Trigo, el Maíz AD y el Algodón.
Una mención aparte –y un artículo especial- merecen los lácteos (entre ellos singularmente la leche en polvo), sobre los que se puede afirmar sin ningún temor, el Perú puede auto-abastecerse sin problemas. Esto reforzará aún más la demostración.
Dejamos a los expertos del TLC que reporten cuánto va a mejorar la Balanza Comercial del Perú en cinco años por efecto de la mayor exportación de los productos estrellas que sin recato aplaudimos; aquí sólo mencionaremos que por efecto del auto-abastecimiento por producción nacional de Trigo, Maíz AD y Algodón (sólo Piura y Lambayeque), la Balanza Comercial mejoraría en 5 años en unos $600 millones; si consideramos además el Etanol, el incremento se iría a una cifra entre $1,400 millones y $2,200 millones; y el PBI se incrementaría entre $2,000 a $3,000 millones con una capitalización de activos que puede llegar al doble, dependiendo de cuan intensa sea la inversión en el bio-carburante de la caña de azúcar. Ello sin considerar el impacto del Arroz, ni el de los Lácteos. Habrá quienes digan que esto es un sueño; yo sólo les contestaría que son “diminutos mentales”, porque estas proporciones son normales y no asustan a nadie en realidades tan cercanas como Colombia, Brasil, Argentina, Chile y hasta en Bolivia.
Del Diario Gestión 04/11/2005.- Conveagro: Productores de algodón, maíz y trigo no aprueban plan de compensaciones por TLC (Luis Zúñiga, presidente de Conveagro):
Respondió al ministro de Agricultura, Miguel Manrique, quien desautorizó a Conveagro para opinar sobre las compensaciones a los agricultores, señalando que los gremios de productores de algodón, maíz y trigo sí participan en Conveagro.
Además dijo que en ningún momento estos gremios han expresado su conformidad con las compensaciones económicas ofrecidas por el Gobierno frente al TLC.
"El ministro de Agricultura quiere sorprender a la opinión pública y a los productores. El ministro tiene que defender la posición del Gobierno para mantenerse en el cargo, eso es normal y nosotros lo entendemos".
También descartó que como presidente de Conveagro tenga algún interés personal en oponerse al TLC.
Señaló que el Ejecutivo habla de un monto de US$160 millones para compensar a los productores, pero en un plazo de cinco años, es decir, son poco más de US$30 millones al año, que es una cifra "ridícula". (*)
"El ministro Manrique representa al Gobierno que está entregando nuestro mercado en forma gratuita a los productores norteamericanos. Entonces no nos molestamos en pedir el cambio del titular porque será lo mismo, sólo esperamos que termine este Gobierno".
(*) De acuerdo al análisis presentado en esta serie de artículos, la “Utilidad Neta” potencial que se generaría anualmente solamente entre Maíz AD y Trigo por la extensión prospectada, alcanzaría a US$255 millones (a lo que habría de agregarse el Algodón que hemos excluido para no distorsionar el cálculo), versus la PROPINA (que el Estado termina no pagando) de US$30 millones. ¿Han pasado por la escuela primaria los que toman estas decisiones?.
Finalmente, el Gobierno tiene la palabra y esperamos que la decisión sea técnica y no “política”, porque bajo este término –política- cualquier barbaridad puede pretenderse explicar, cuando no hay razones para sustentar las decisiones, otras que las presiones de las fuerzas económicas que influyen en los gobernantes. TLC con EE.UU. sí y con China también, pero bien negociados con equilibrio y garantía de bienestar para todos los peruanos.
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45.El TLC y los Productos Sensibles Parte III de IV
Maíz Amarillo Duro y Algodón
por Luis Bravo Villarán
La producción nacional del Maíz Amarillo Duro al 2003, fue del orden de 1’100,000 toneladas métricas en cerca de 300,000 hectáreas con una productividad promedio de 3.76 TM/ha; que debe haber subido un poco por el impacto de pequeñas “cadenas productivas” organizadas a partir del Ministerio de Agricultura y otras también pequeñas iniciativas privadas, que han logrado productividades de 8 a 10 TM/ha.
En el año 2004 se importaron 1’086,952 TM de maíz (de una calidad pálida y sin germen –proteína- que le es extraído antes de exportarlo al Perú, país que recibe cualquier cosa) a un precio CIF promedio de US$141.67/TM (internado, aprox. US$160.00). No se puede discutir ya, que en el Perú se pueden obtener con manejo adecuado, no menos de 8 TM/ha, a un costo de US$850.00 por hectárea; es decir, se podrían obtener márgenes de mínimo US$430.00 por hectárea en seis meses, normalmente más de US$700.00 con productividades de 10TM/ha (que ya están siendo obtenidas en varios lugares) o tal vez hasta 14 TM/ha con manejo más tecnificado; y en todos los casos, produciendo un maíz amarillo duro inmensamente superior en calidad, al importado.
Nuevamente preguntamos: ¿no resulta esta -como la del Trigo- una actividad rentable?. Las autoridades del sector conocen bien de los buenos resultados que se vienen obteniendo, por tanto no pueden calificar esta posibilidad como algo ni medianamente difícil. ¿Qué nos hace falta en el Perú?; o debemos re-preguntarnos ¿Qué o quiénes impiden que esto se haga de manera extensiva en el Perú?.
Para reemplazar la importación –reiteramos- simplemente debemos promover una extensión de 100,000 hectáreas, generando trabajo sostenible y rentable para los agricultores peruanos. Para lograrlo, no cabe otra cosa que proteger el Maíz Amarillo Duro en el TLC, por un periodo no menor de 5 años y llevar adelante un Programa de Inversión serio para hacerlo competitivo con la organización capitalizada de los agricultores asociados a la inversión privada; capacidad profesional y técnica en el Perú, sobra; lo que se requiere son instrumentos financieros y la organización, que –repetimos por enésima vez- ya están contemplados en la Ley 28298 dada por este Gobierno.
Téngase además en cuenta que EE.UU. es muy probable se reserve para sí la mayor cantidad posible de maíz en razón a la creciente demanda interna por Etanol que ese país produce fundamentalmente a partir de este grano.
En algodón, el Perú fue –años atrás- un productor líder en el Mundo.
Guillermo Rebossio, economista y experto en temas agrícolas, advirtió que los aranceles al algodón norteamericano caerían desde el primer día de vigencia del TLC con EEUU, pues el equipo negociador peruano acordó ceder al pedido de EEUU de cero por cero (0x0); la desgravación cero desde un inicio del TLC es negativa para los algodoneros locales debido a que sus homólogos norteamericanos reciben millonarios subsidios que traen abajo el precio internacional.
Ahora se contempla dar compensaciones a los pequeños algodoneros (que cultiven menos de 250 mil quintales; entre 4 a 5 hectáreas); esto resulta en la práctica una “propina” que bien sabe el Gobierno cumplirá “tarde, mal y nunca”.
Esta es la culminación de la estrategia de los principales textileros e importadores de algodón, que tomó fuerza en el Gobierno de Fujimori y se consolidó a través del ministro Absalón Vásquez con el famoso “Programa Pima” (aprox. US$70 millones).
Las extensiones de algodón se han reducido de 118,000 hectáreas en el año 90, a menos de 60,000 hectáreas hoy; en el año 1962, se tenían 253,000 hectáreas en producción.
¿Quién se favoreció con esos US$70 millones? : ¡desde luego, los agricultores del algodón: no! ¿quién permite que esto culmine así?: este Gobierno con el “TLC si o sí”
Hacer una análisis sobre el algodón como el presentado para el Trigo y el Maíz Amarillo Duro, es ocioso; se sabe la alta calidad y la productividad que se están obteniendo hoy p.e. con especies israelitas en Jayanca.
Se sabe también de la extraordinaria calidad de nuestro algodón pima en Piura reconocida mundialmente y cuyos beneficios han sido negados a los agricultores de esa Región; de la calidad del tangüis en los valles del sur; y de los algodones con color natural de la Sierra a los que no se da mayor importancia; todos estas extensiones venidas a menos por las maniobras de intereses particulares coincidentes con una industria textil diminuta en relación a la dimensión que se debería tener en el Perú esta industria, si se diera un escenario de producción interna competitiva de la materia prima, que bien sabemos es absolutamente posible en el Perú; eso no requiere de demostración, a pesar que este Gobierno y las fuerzas económicas que lo sostienen, lo quieran negar aceptando lo que están aceptando con este TLC.
No menos de unas 120,000 hectáreas de algodón deberían y pueden ser recuperadas en nivel competitivo, para devolverle al Perú su presencia en este producto de alta calidad y lanzar una más fuerte y también competitiva industria textil, no como la grandielocuente industria actual. Otra vez majaderamente preguntamos: ¿Qué hace falta en el Perú para hacer lo que se debe hacer?; ¿Qué o quiénes lo impiden?. También en el Algodón –como en el caso del Trigo y el Maíz- se debe prever una protección mínima de 5 años dentro del contexto del TLC, a la vez que se inicia un serio programa de recuperación dentro de un contexto organizado, con instrumentos modernos de financiamiento que -como ya se ha mencionado- están previstos en la Ley 28298, que fue precisamente formulada para preparar al Sector Rural para el TLC, preparación negada cuando se demora ya por más de un año, la reglamentación de la mencionada ley: ¿por qué?; no es desde luego y precisamente por la incompetencia del Ejecutivo ...
Para terminar con el algodón, una pregunta a los textileros: ¿Por qué se quejan contra la importación de textiles chinos y exigen salvaguardas para proteger su producción nacional; y no tienen la misma actitud cuando piden liberar la importación de algodón?; ¿qué, lo agricultores algodoneros no son peruanos; no deberían exigir los mismos derechos?; claro, los agricultores no tienen la fuerza económica para influenciar las decisiones del Gobierno, que sí tienen los importadores de algodón y los industriales textiles. ¿Cuántos agricultores peruanos se han quedado sin trabajo o con un trabajo precario con riesgo de perder sus tierras por bajar la extensión de algodón de 118,000 has en 1990 (para no ir más atrás) a menos de 60,000 has hoy?. ¿Es que el Gobierno cree que ofreciendo “propinas” para que pase el “TLC sí o sí” va resolver una situación así?; lo que está haciendo es dejar una “bomba de tiempo” con cuenta regresiva al próximo Gobierno.
por Luis Bravo Villarán
La producción nacional del Maíz Amarillo Duro al 2003, fue del orden de 1’100,000 toneladas métricas en cerca de 300,000 hectáreas con una productividad promedio de 3.76 TM/ha; que debe haber subido un poco por el impacto de pequeñas “cadenas productivas” organizadas a partir del Ministerio de Agricultura y otras también pequeñas iniciativas privadas, que han logrado productividades de 8 a 10 TM/ha.
En el año 2004 se importaron 1’086,952 TM de maíz (de una calidad pálida y sin germen –proteína- que le es extraído antes de exportarlo al Perú, país que recibe cualquier cosa) a un precio CIF promedio de US$141.67/TM (internado, aprox. US$160.00). No se puede discutir ya, que en el Perú se pueden obtener con manejo adecuado, no menos de 8 TM/ha, a un costo de US$850.00 por hectárea; es decir, se podrían obtener márgenes de mínimo US$430.00 por hectárea en seis meses, normalmente más de US$700.00 con productividades de 10TM/ha (que ya están siendo obtenidas en varios lugares) o tal vez hasta 14 TM/ha con manejo más tecnificado; y en todos los casos, produciendo un maíz amarillo duro inmensamente superior en calidad, al importado.
Nuevamente preguntamos: ¿no resulta esta -como la del Trigo- una actividad rentable?. Las autoridades del sector conocen bien de los buenos resultados que se vienen obteniendo, por tanto no pueden calificar esta posibilidad como algo ni medianamente difícil. ¿Qué nos hace falta en el Perú?; o debemos re-preguntarnos ¿Qué o quiénes impiden que esto se haga de manera extensiva en el Perú?.
Para reemplazar la importación –reiteramos- simplemente debemos promover una extensión de 100,000 hectáreas, generando trabajo sostenible y rentable para los agricultores peruanos. Para lograrlo, no cabe otra cosa que proteger el Maíz Amarillo Duro en el TLC, por un periodo no menor de 5 años y llevar adelante un Programa de Inversión serio para hacerlo competitivo con la organización capitalizada de los agricultores asociados a la inversión privada; capacidad profesional y técnica en el Perú, sobra; lo que se requiere son instrumentos financieros y la organización, que –repetimos por enésima vez- ya están contemplados en la Ley 28298 dada por este Gobierno.
Téngase además en cuenta que EE.UU. es muy probable se reserve para sí la mayor cantidad posible de maíz en razón a la creciente demanda interna por Etanol que ese país produce fundamentalmente a partir de este grano.
En algodón, el Perú fue –años atrás- un productor líder en el Mundo.
Guillermo Rebossio, economista y experto en temas agrícolas, advirtió que los aranceles al algodón norteamericano caerían desde el primer día de vigencia del TLC con EEUU, pues el equipo negociador peruano acordó ceder al pedido de EEUU de cero por cero (0x0); la desgravación cero desde un inicio del TLC es negativa para los algodoneros locales debido a que sus homólogos norteamericanos reciben millonarios subsidios que traen abajo el precio internacional.
Ahora se contempla dar compensaciones a los pequeños algodoneros (que cultiven menos de 250 mil quintales; entre 4 a 5 hectáreas); esto resulta en la práctica una “propina” que bien sabe el Gobierno cumplirá “tarde, mal y nunca”.
Esta es la culminación de la estrategia de los principales textileros e importadores de algodón, que tomó fuerza en el Gobierno de Fujimori y se consolidó a través del ministro Absalón Vásquez con el famoso “Programa Pima” (aprox. US$70 millones).
Las extensiones de algodón se han reducido de 118,000 hectáreas en el año 90, a menos de 60,000 hectáreas hoy; en el año 1962, se tenían 253,000 hectáreas en producción.
¿Quién se favoreció con esos US$70 millones? : ¡desde luego, los agricultores del algodón: no! ¿quién permite que esto culmine así?: este Gobierno con el “TLC si o sí”
Hacer una análisis sobre el algodón como el presentado para el Trigo y el Maíz Amarillo Duro, es ocioso; se sabe la alta calidad y la productividad que se están obteniendo hoy p.e. con especies israelitas en Jayanca.
Se sabe también de la extraordinaria calidad de nuestro algodón pima en Piura reconocida mundialmente y cuyos beneficios han sido negados a los agricultores de esa Región; de la calidad del tangüis en los valles del sur; y de los algodones con color natural de la Sierra a los que no se da mayor importancia; todos estas extensiones venidas a menos por las maniobras de intereses particulares coincidentes con una industria textil diminuta en relación a la dimensión que se debería tener en el Perú esta industria, si se diera un escenario de producción interna competitiva de la materia prima, que bien sabemos es absolutamente posible en el Perú; eso no requiere de demostración, a pesar que este Gobierno y las fuerzas económicas que lo sostienen, lo quieran negar aceptando lo que están aceptando con este TLC.
No menos de unas 120,000 hectáreas de algodón deberían y pueden ser recuperadas en nivel competitivo, para devolverle al Perú su presencia en este producto de alta calidad y lanzar una más fuerte y también competitiva industria textil, no como la grandielocuente industria actual. Otra vez majaderamente preguntamos: ¿Qué hace falta en el Perú para hacer lo que se debe hacer?; ¿Qué o quiénes lo impiden?. También en el Algodón –como en el caso del Trigo y el Maíz- se debe prever una protección mínima de 5 años dentro del contexto del TLC, a la vez que se inicia un serio programa de recuperación dentro de un contexto organizado, con instrumentos modernos de financiamiento que -como ya se ha mencionado- están previstos en la Ley 28298, que fue precisamente formulada para preparar al Sector Rural para el TLC, preparación negada cuando se demora ya por más de un año, la reglamentación de la mencionada ley: ¿por qué?; no es desde luego y precisamente por la incompetencia del Ejecutivo ...
Para terminar con el algodón, una pregunta a los textileros: ¿Por qué se quejan contra la importación de textiles chinos y exigen salvaguardas para proteger su producción nacional; y no tienen la misma actitud cuando piden liberar la importación de algodón?; ¿qué, lo agricultores algodoneros no son peruanos; no deberían exigir los mismos derechos?; claro, los agricultores no tienen la fuerza económica para influenciar las decisiones del Gobierno, que sí tienen los importadores de algodón y los industriales textiles. ¿Cuántos agricultores peruanos se han quedado sin trabajo o con un trabajo precario con riesgo de perder sus tierras por bajar la extensión de algodón de 118,000 has en 1990 (para no ir más atrás) a menos de 60,000 has hoy?. ¿Es que el Gobierno cree que ofreciendo “propinas” para que pase el “TLC sí o sí” va resolver una situación así?; lo que está haciendo es dejar una “bomba de tiempo” con cuenta regresiva al próximo Gobierno.
44. El TLC y los Productos Sensibles Parte II de IV
El Trigo y el Arroz
por Luis Bravo Villarán
La producción nacional del trigo se desincentivó en el Perú años atrás, por el alto riesgo que había en el Perú de las razas de “roya negra” –enfermedad que ataca este cultivar- abandonándose a extensiones dispersas de MUY BAJA productividad; actualmente –según estadísticas del MINAG- menos de 140,0000 hectáreas (80% de las cuales se concentran entre Piura, Lambayeque, Cajamarca, La Libertad y Ancash) con una productividad promedio de aprox. 1.4 TM/ha, lo que equivale a tan sólo unas 28,000 hectáreas o menos de producción, a nivel competitivo.
En el años 2003, el Señor Emilio Rojas Mendoza - Ingeniero Agrónomo de la UNA La Molina, Master of Science de la Oklahoma State University, Stillwater y experto internacional en trigo, escribió:
“... En la “Estación Experimental Agraria de La Molina” (hoy INIEA) se hicieron trabajos de mejoramiento de trigos resistentes a las razas de roya negra y aún no se aprovecharon las colecciones de trigos de la “Elite Mundial” que la Estación recibía cada año entre 1950 y 1955, compuesta de 105 entradas de diferentes especies, de cuyos resultados de resistencia se informaban a la Estación Experimental de Beltvile Maryland, EE.UU.
Los trabajos de la Sección de Inmunología Vegetal se interrumpen en 1956 después de haberse identificado más de 15 razas de la roya y el Programa Nacional de Trigo se deja a la deriva, a pesar que la “E.E.A. de La Molina” fue considerada por los científicos Norteamericanos como el lugar ideal para trabajar en la búsqueda de cultivares resistentes a la roya negra, declaraciones del Dr. E.C. Stakman (autor de investigaciones de royas y sus razas fisiológicas) y de los Dres. Hayes, Bourllaug, Loegering, Clarke, etc.
Luego, hasta al año 2003, no se avanzó nada, debido a la fuga de investigadores y por falta de interés de los Gobiernos que protegerían a los importadores, manteniéndonos dependientes del Exterior sin reparar en la enorme fuga de divisas, actualmente del orden de US$ 240 millones para importar las 1’200,000 TM que consumimos y que seguirá en aumento. No producimos ni el la quinta parte de nuestro consumo, con una productividad muy baja. Podemos cultivar 200,000 hectáreas en el invierno de la Costa entre Abril y mediados de Agosto, todos los años ...
... Con el trigo, fácilmente podemos inmediatamente producir lo que consumimos, empleando cultivares resistentes a las royas (enfermedades ampliamente superadas y controlables), de corto periodo vegetativo (100 días), sembrando en las mismas tierras en que hoy se cultiva arroz (cultivo que debe pasar a la Selva por su alta demanda de agua y de elevadas temperaturas) y con rendimientos de 7 a 8 TM/ha, como se logró en 1986 con el cultivar L.M. 82 en los valles del Majes y Camaná. En Cañete el mismo cultivar produjo 5.3 toneladas por hectárea en 100 días en 1984. Como referencia mencionamos que en California-EE.UU. en 1980, se obtuvieron cosechas de trigo de 8 TM/ha y con calidad en proteína de 16%. Perú no está lejos de ese nivel e incluso puede superarlo.
El cultivo de arroz hay que intensificarlo por la costumbre de nuestra población en consumirlo, pero en la zona de Selva, donde hay abundancia de agua y altas temperaturas, evitando que se siga malogrando las tierras cultivables de la costa que son salitradas por el arroz. En cambio el trigo -que puede cultivarse en el invierno de la Costa (Abril a Agosto)- se puede rotar con cultivos de verano, produciendo a los agricultores que hoy siembran arroz, más altas rentabilidades ..”
Comentario:
Si conservadoramente aceptamos promover la reconversión del 50% de los arroceros de la Costa Norte (más de 300,000 hectáreas a nivel nacional con 70% concentradas de Ancash para arriba incluyendo Cajamarca) en Trigueros (unas 110,000 hectáreas), mejoramos gradualmente el manejo de las hectáreas actuales y hacemos una conveniente extensión del cultivo, podemos totalizar unas 280,000 hectáreas de trigo; y asumiendo conservadoramente que se produzcan 5 TM/ha, se totalizarían las casi 1’400,000 TM anuales que se importan (en el 2004 la importación fue de 1’385,325 TM a un costo promedio CIF de US$185.35/TM) o el total que requiere el mercado peruano a costos competitivos. Considerando que el costo de una hectárea de Trigo Duro es aproximadamente en promedio de US$910.00 (Agricultor Antonio Cáceres Muñoz - Valle de Majes) y el precio de importación actual (CIF + internamiento) esté en unos US$210.00, bastará con llegar a producir unos 7.0 TM/ha –lo que perfectamente posible y ya han sido obtenidos- para lograr un margen del orden de US$500.00 por hectárea o más, en tan sólo 100 días; ¿no resulta esta una actividad rentable?.
Si se sigue la intensificación con manejo mecanizado, se puede incrementar las hectáreas y el rendimiento, por tanto bajar el costo manteniendo alta rentabilidad y proyectando el trigo peruano incluso a la exportación. ¿Es esto en opinión de las autoridades del sector un imposible, es muy difícil, es difícil o es algo que en un país como el Perú -donde existen además muchos profesionales capaces- con un gobierno normal se puede alcanzar?; o mejor seguimos negando la palabra “normal” en nuestro diccionario, que sí existe entre otros, en los diccionarios chileno, argentino, brasilero, colombiano y boliviano, donde sí se harían sin problemas emprendimientos de esta magnitud e incluso mayores. ¿Qué nos hace falta en el Perú?; o debemos preguntarnos ¿Qué o quiénes impiden que esto se haga en el Perú?. No es suficiente entretener a la opinión pública con algunos cientos de hectáreas de experimentación por más de 10 años y ponerse modestos objetivos para el 2007 en términos de extensión. Hay que acometer frontalmente un desarrollo serio e intensificar la producción de Trigo en el Perú para reemplazar la importación competitivamente, generando empleo sostenible para los agricultores peruanos.
Para lograrlo, simplemente hay que proteger el Trigo en el TLC, por un periodo no menor de 5 años y llevar adelante un Programa de Inversión serio para hacerlo competitivo con la organización capitalizada de los agricultores asociados a la inversión privada; capacidad profesional y técnica en el Perú, sobra; lo que se requiere son instrumentos financieros y la organización, que ya están contemplados en la Ley 28298 promulgada por este Gobierno, pero que extrañamente aún no se reglamenta.
¿Y el arroz?; en mi opinión, no hay que protegerlo mientras los agricultores se empecinen en producirlo en la Costa; sí se debe establecer su protección temporal para promover su extensión en la zona de Selva, especialmente porque no hay aún las facilidades óptimas para transportar el producto al mercado de la costa y ello debido a que los gobiernos no han desarrollado la infraestructura adecuada, por tanto –si se quiere- el Estado está obligado a proteger este producto proveniente de la Selva, mientras no desarrolle lo que es su obligación desarrollar: la integración vial eficiente de la Costa-Sierra-Selva peruanas. Ah!, por cierto hay formas harto más rápidas, efectivas y económicas que carreteras transoceánicas -de las de más de US$800,000 por kilómetro- solución absurda no sólo por su inusitado alto costo, sino por la depredación y contaminación que este tipo de soluciones prospectan para la Amazonía Peruana, como lo demostrarían estudios de impacto ambiental serios y transparentes.
¿Y qué hacemos con el resto de las hectáreas que hoy producen arroz en la costa?. Simplemente se convierten a caña de azúcar para etanol –cuanto más al norte, mejor-, reduciéndose así consecuentemente la demanda de agua a la cuarta parte de lo que se consume hoy con arroz, con una actividad mucho más estable y rentable, como veremos en el sub-siguiente artículo de esta serie.
¿Cómo manejar el tema arancelario para en este tránsito no perjudicar la economía familiar?; muy sencillo, con protecciones topes flexibles que son factibles de establecerse en función de la progresión de la producción local y de su nivel de competitividad en un plazo dado, previsto un bien planteado programa de implementación. ¿O es que también la imaginación creativa se recorta o retacea a los profesionales peruanos por decreto de gobierno y de las fuerzas económicas prevalecientes con poder de influencia en las decisiones de Estado?.
por Luis Bravo Villarán
La producción nacional del trigo se desincentivó en el Perú años atrás, por el alto riesgo que había en el Perú de las razas de “roya negra” –enfermedad que ataca este cultivar- abandonándose a extensiones dispersas de MUY BAJA productividad; actualmente –según estadísticas del MINAG- menos de 140,0000 hectáreas (80% de las cuales se concentran entre Piura, Lambayeque, Cajamarca, La Libertad y Ancash) con una productividad promedio de aprox. 1.4 TM/ha, lo que equivale a tan sólo unas 28,000 hectáreas o menos de producción, a nivel competitivo.
En el años 2003, el Señor Emilio Rojas Mendoza - Ingeniero Agrónomo de la UNA La Molina, Master of Science de la Oklahoma State University, Stillwater y experto internacional en trigo, escribió:
“... En la “Estación Experimental Agraria de La Molina” (hoy INIEA) se hicieron trabajos de mejoramiento de trigos resistentes a las razas de roya negra y aún no se aprovecharon las colecciones de trigos de la “Elite Mundial” que la Estación recibía cada año entre 1950 y 1955, compuesta de 105 entradas de diferentes especies, de cuyos resultados de resistencia se informaban a la Estación Experimental de Beltvile Maryland, EE.UU.
Los trabajos de la Sección de Inmunología Vegetal se interrumpen en 1956 después de haberse identificado más de 15 razas de la roya y el Programa Nacional de Trigo se deja a la deriva, a pesar que la “E.E.A. de La Molina” fue considerada por los científicos Norteamericanos como el lugar ideal para trabajar en la búsqueda de cultivares resistentes a la roya negra, declaraciones del Dr. E.C. Stakman (autor de investigaciones de royas y sus razas fisiológicas) y de los Dres. Hayes, Bourllaug, Loegering, Clarke, etc.
Luego, hasta al año 2003, no se avanzó nada, debido a la fuga de investigadores y por falta de interés de los Gobiernos que protegerían a los importadores, manteniéndonos dependientes del Exterior sin reparar en la enorme fuga de divisas, actualmente del orden de US$ 240 millones para importar las 1’200,000 TM que consumimos y que seguirá en aumento. No producimos ni el la quinta parte de nuestro consumo, con una productividad muy baja. Podemos cultivar 200,000 hectáreas en el invierno de la Costa entre Abril y mediados de Agosto, todos los años ...
... Con el trigo, fácilmente podemos inmediatamente producir lo que consumimos, empleando cultivares resistentes a las royas (enfermedades ampliamente superadas y controlables), de corto periodo vegetativo (100 días), sembrando en las mismas tierras en que hoy se cultiva arroz (cultivo que debe pasar a la Selva por su alta demanda de agua y de elevadas temperaturas) y con rendimientos de 7 a 8 TM/ha, como se logró en 1986 con el cultivar L.M. 82 en los valles del Majes y Camaná. En Cañete el mismo cultivar produjo 5.3 toneladas por hectárea en 100 días en 1984. Como referencia mencionamos que en California-EE.UU. en 1980, se obtuvieron cosechas de trigo de 8 TM/ha y con calidad en proteína de 16%. Perú no está lejos de ese nivel e incluso puede superarlo.
El cultivo de arroz hay que intensificarlo por la costumbre de nuestra población en consumirlo, pero en la zona de Selva, donde hay abundancia de agua y altas temperaturas, evitando que se siga malogrando las tierras cultivables de la costa que son salitradas por el arroz. En cambio el trigo -que puede cultivarse en el invierno de la Costa (Abril a Agosto)- se puede rotar con cultivos de verano, produciendo a los agricultores que hoy siembran arroz, más altas rentabilidades ..”
Comentario:
Si conservadoramente aceptamos promover la reconversión del 50% de los arroceros de la Costa Norte (más de 300,000 hectáreas a nivel nacional con 70% concentradas de Ancash para arriba incluyendo Cajamarca) en Trigueros (unas 110,000 hectáreas), mejoramos gradualmente el manejo de las hectáreas actuales y hacemos una conveniente extensión del cultivo, podemos totalizar unas 280,000 hectáreas de trigo; y asumiendo conservadoramente que se produzcan 5 TM/ha, se totalizarían las casi 1’400,000 TM anuales que se importan (en el 2004 la importación fue de 1’385,325 TM a un costo promedio CIF de US$185.35/TM) o el total que requiere el mercado peruano a costos competitivos. Considerando que el costo de una hectárea de Trigo Duro es aproximadamente en promedio de US$910.00 (Agricultor Antonio Cáceres Muñoz - Valle de Majes) y el precio de importación actual (CIF + internamiento) esté en unos US$210.00, bastará con llegar a producir unos 7.0 TM/ha –lo que perfectamente posible y ya han sido obtenidos- para lograr un margen del orden de US$500.00 por hectárea o más, en tan sólo 100 días; ¿no resulta esta una actividad rentable?.
Si se sigue la intensificación con manejo mecanizado, se puede incrementar las hectáreas y el rendimiento, por tanto bajar el costo manteniendo alta rentabilidad y proyectando el trigo peruano incluso a la exportación. ¿Es esto en opinión de las autoridades del sector un imposible, es muy difícil, es difícil o es algo que en un país como el Perú -donde existen además muchos profesionales capaces- con un gobierno normal se puede alcanzar?; o mejor seguimos negando la palabra “normal” en nuestro diccionario, que sí existe entre otros, en los diccionarios chileno, argentino, brasilero, colombiano y boliviano, donde sí se harían sin problemas emprendimientos de esta magnitud e incluso mayores. ¿Qué nos hace falta en el Perú?; o debemos preguntarnos ¿Qué o quiénes impiden que esto se haga en el Perú?. No es suficiente entretener a la opinión pública con algunos cientos de hectáreas de experimentación por más de 10 años y ponerse modestos objetivos para el 2007 en términos de extensión. Hay que acometer frontalmente un desarrollo serio e intensificar la producción de Trigo en el Perú para reemplazar la importación competitivamente, generando empleo sostenible para los agricultores peruanos.
Para lograrlo, simplemente hay que proteger el Trigo en el TLC, por un periodo no menor de 5 años y llevar adelante un Programa de Inversión serio para hacerlo competitivo con la organización capitalizada de los agricultores asociados a la inversión privada; capacidad profesional y técnica en el Perú, sobra; lo que se requiere son instrumentos financieros y la organización, que ya están contemplados en la Ley 28298 promulgada por este Gobierno, pero que extrañamente aún no se reglamenta.
¿Y el arroz?; en mi opinión, no hay que protegerlo mientras los agricultores se empecinen en producirlo en la Costa; sí se debe establecer su protección temporal para promover su extensión en la zona de Selva, especialmente porque no hay aún las facilidades óptimas para transportar el producto al mercado de la costa y ello debido a que los gobiernos no han desarrollado la infraestructura adecuada, por tanto –si se quiere- el Estado está obligado a proteger este producto proveniente de la Selva, mientras no desarrolle lo que es su obligación desarrollar: la integración vial eficiente de la Costa-Sierra-Selva peruanas. Ah!, por cierto hay formas harto más rápidas, efectivas y económicas que carreteras transoceánicas -de las de más de US$800,000 por kilómetro- solución absurda no sólo por su inusitado alto costo, sino por la depredación y contaminación que este tipo de soluciones prospectan para la Amazonía Peruana, como lo demostrarían estudios de impacto ambiental serios y transparentes.
¿Y qué hacemos con el resto de las hectáreas que hoy producen arroz en la costa?. Simplemente se convierten a caña de azúcar para etanol –cuanto más al norte, mejor-, reduciéndose así consecuentemente la demanda de agua a la cuarta parte de lo que se consume hoy con arroz, con una actividad mucho más estable y rentable, como veremos en el sub-siguiente artículo de esta serie.
¿Cómo manejar el tema arancelario para en este tránsito no perjudicar la economía familiar?; muy sencillo, con protecciones topes flexibles que son factibles de establecerse en función de la progresión de la producción local y de su nivel de competitividad en un plazo dado, previsto un bien planteado programa de implementación. ¿O es que también la imaginación creativa se recorta o retacea a los profesionales peruanos por decreto de gobierno y de las fuerzas económicas prevalecientes con poder de influencia en las decisiones de Estado?.
viernes, noviembre 04, 2005
43. El TLC y los Productos Sensibles Parte I de IV
El Triángulo Banco Mundial-FMI-TLC
por Luis Bravo Villarán
Diario Gestión 27/10/2005: Will Martin, economista líder del grupo de investigación para el desarrollo del Banco Mundial, dijo que los países desarrollados deben recortar sus aranceles agrícolas más elevados en un 75 % para que las naciones pobres puedan beneficiarse con un pacto comercial global (léase TLC y OMC); "A menos que haya una reducción del 75 por ciento en los aranceles más altos, habrá pocos resultados. Una reducción del 50 por ciento en los aranceles no es suficiente; un (recorte) del 75 por ciento generaría una mejora en el bienestar global de cerca de 75,000 millones de dólares sobre una ganancia potencial de 182,000 millones de dólares si se liberalizara la agricultura"
Julio 2005: La misión del FMI acaba de concluir las conversaciones con el gobierno peruano y recomienda que se adopte una política cambiaria "más flexible", dejando que el tipo de cambio flote libremente o permitiendo que el BCR intervenga únicamente en el mercado de divisas cuando se den cambios bruscos de la paridad. Según el comunicado 05/137 del FMI, ello "ayudaría a aislar a la economía contra choques externos y flujos especulativos de capital".
Comentarios:
Felizmente el BCR -tal vez contrariando al MEF- fue de otro criterio y no hizo caso a esa recomendación que hubiera llevado a revaluar el sol hacia los S/ 3.00 por dólar, ya que ello habría originado el riesgo que el tipo de cambio del dólar baje aún más respecto al sol, en función al enfriamiento de la economía y comercio mundiales por los déficit externo y fiscal de los EEUU y el manejo monetario de China; con lo que ocurriría todo lo contrario a lo que afirmó el FMI y sólo se salvarían los exportadores de minerales que aún gozan de alto precio y los importadores de los "productos sensibles" mientras se aguante esta situación con un gobierno incapaz de generar empleo en medio de una economía que sigue bebiendo de sus buenos resultados macro y destacando el mayor consumo en los grandes almacenes y supermercados, como si ello midiese el bienestar del poblador peruano.
Al BM-FMI y a sus patrocinadores no les interesa que se reactiven los mercados internos generando empleo sostenible; lo que les interesa es que se abaraten las importaciones en países como el Perú, para que sigamos importando p.e. los productos básicos (maíz, trigo, algodón, etc... ) de EEUU, donde estos productos (como en la UE) son monumentalmente subsidiados. Si el sol se revaluase -que es lo que pretendía el FMI- nuestras exportaciones se encarecerían y nuestras importaciones a la inversa, se abaratarían; resultado: precios más accesibles para el consumo sí, pero a la vez, menos, mucho menos empleo, más pobreza y mayor concentración de la riqueza económica en manos de los "afortunados" importadores. ¿Cuánto se podrá aguantar?; ¿es ese el Perú que queremos?. No se equivoquen: la presión social se desbordará y se generará uno de los mayores caos de la historia moderna en el Perú.
Echar cifras diciendo que ... una reducción del 50 por ciento en los aranceles no es suficiente; un (recorte) del 75 por ciento generaría una mejora en el bienestar global de cerca de 75,000 millones de dólares sobre una ganancia potencial de 182,000 millones de dólares si se liberalizara la agricultura", resulta una apreciación globalizada que puede o no ser válida; ¿pero quiénes se beneficiarán de ese bienestar y esa ganancia potencial?; le dejamos la respuesta al economista Martin que sin duda goza de importantes ingresos como funcionario notable de la burocracia dorada del Banco Mundial y que no se beneficiará directamente o no sufrirá en lo más mínimo de las consecuencias que conlleva su afirmación si se llegase a hacer realidad, si tuviese o no razón, lo que finalmente a él poco le debe importar.
Mientras el señor Martin se diera el tiempo para ensayar una respuesta a la pregunta planteada en el párrafo anterior, nosotros ensayaremos la respuesta para el caso del Perú, donde el amigo Martin está lejos, muy lejos de tener razón.
¿Por qué?; porque el Perú para la agricultura, es una excepción ya que en nuestro país se puede cultivar o plantar y cosechar materialmente cualquier producto agrícola de manera competitiva durante todo el año gracias a sus ventajas comparativas naturales únicas en el mundo; y porque lo normal -palabra que parece no existiera en el diccionario del castellano de Perú- es que con una realidad así, se prioricen los productos de consumo masivo con mercado interno asegurado, v.g. los productos denominados "sensibles" en la negociación del TLC (los que el señor Martin quiere liberalizar bajando el arancel o eliminando cualquier otro tipo de mecanismo que proteja la producción nacional): el maíz amarillo duro (aquí se da el mejor maíz del mundo y se puede hacer ya a nivel competitivo); el trigo (aquí se puede producir con la misma productividad que en EEUU); el algodón (en el que el Perú fue líder productor 40 años atrás y en el que inverosímilmente se ha retrocedido de 253 mil hectáreas en 1962 a 118 mil en 1990 y 65 mil en el 2003; y el mejor algodón del mundo -el pima- va hacia su extinción; ¿incapacidad o intencionalidad?); la caña de azúcar (bis, aunque la realidad de este sector amerita una reorientación del producto industrial final, priorizando el etanol sobre el azúcar); y el arroz (fundamentalmente en la Selva, previendo las adecuadas vías de comunicación para ponerlo en el mercado, ya que en la costa este producto es alto demandante de agua y depredador de suelos que pueden dedicarse a otros cultivos más rentables y competitivos).
Si a ello agregamos los otros productos de consumo como la papa, la yuca, el camote, etc ..., además de productos únicos de altísimo valor nutritivo, en el Perú -normalmente- no debería haber hambre, que es la premisa sobre la que basa su afirmación el señor Martin. Y si lo hay, es simplemente por la incapacidad y desinterés de los sucesivos gobiernos, para resolver este problema que únicamente requiere de voluntad política y de un poco de organización que el presente gobierno ha dado ya con la "Ley Marco para el Desarrollo Económico del Sector Rural", ley 28298, que no se reglamente porque hay intereses que no quieren que el sector rural se desarrolle y con ello la economía y el bienestar de los peruanos.
Que hay que impulsar los otros productos -hoy promovidos como estrellas a propósito del TLC- nadie lo discute, adelante; pero pretender afirmar que estos productos (espárrago, palta, mandarina, uva, mango, pimiento, cebolla, aceituna, limón ..) son mayores generadores de empleo sostenible cuando se comparan con el que se generaría de reemplazar la importación del maíz amarillo y el trigo, a la vez de recuperar el potencial del algodón, relanzar la caña de azúcar atada a la producción de etanol; es por lo menos falaz.
En los siguientes tres artículos de esta serie, analizaremos lo que significa el futuro de la economía agrícola y agroindustrial peruana, si se lograse proteger selectiva y temporalmente estos productos, logrando como consecuencia, la mejora sustancial y sostenida de la "balanza comercial peruana" que es el objetivo fundamental de un TLC y evitando las insultantes "propinas" que el gobierno anuncia entregar como compensación por el daño que se ocasionaría a los actuales agricultores que trabajan hoy el trigo, el algodón y el maíz; cuando de lo que se trata es de hacer lo "normal", es decir, promover intensivamente y con tecnología la producción de esos productos para llevarlos a niveles de competitividad, que en el Perú serán de los más altos del mundo, con mercado interno asegurado y con posibilidades de orientarse incluso a la exportación. ¿Por qué si Chile, Argentina, Brasil, Colombia y hasta Bolivia tienen mecanización intensiva en las labores agrícolas, eso ha sido y sigue siendo negado o evitado reiteradamente por los gobiernos y las fuerzas económicas en el Perú?.
Continuará
por Luis Bravo Villarán
Diario Gestión 27/10/2005: Will Martin, economista líder del grupo de investigación para el desarrollo del Banco Mundial, dijo que los países desarrollados deben recortar sus aranceles agrícolas más elevados en un 75 % para que las naciones pobres puedan beneficiarse con un pacto comercial global (léase TLC y OMC); "A menos que haya una reducción del 75 por ciento en los aranceles más altos, habrá pocos resultados. Una reducción del 50 por ciento en los aranceles no es suficiente; un (recorte) del 75 por ciento generaría una mejora en el bienestar global de cerca de 75,000 millones de dólares sobre una ganancia potencial de 182,000 millones de dólares si se liberalizara la agricultura"
Julio 2005: La misión del FMI acaba de concluir las conversaciones con el gobierno peruano y recomienda que se adopte una política cambiaria "más flexible", dejando que el tipo de cambio flote libremente o permitiendo que el BCR intervenga únicamente en el mercado de divisas cuando se den cambios bruscos de la paridad. Según el comunicado 05/137 del FMI, ello "ayudaría a aislar a la economía contra choques externos y flujos especulativos de capital".
Comentarios:
Felizmente el BCR -tal vez contrariando al MEF- fue de otro criterio y no hizo caso a esa recomendación que hubiera llevado a revaluar el sol hacia los S/ 3.00 por dólar, ya que ello habría originado el riesgo que el tipo de cambio del dólar baje aún más respecto al sol, en función al enfriamiento de la economía y comercio mundiales por los déficit externo y fiscal de los EEUU y el manejo monetario de China; con lo que ocurriría todo lo contrario a lo que afirmó el FMI y sólo se salvarían los exportadores de minerales que aún gozan de alto precio y los importadores de los "productos sensibles" mientras se aguante esta situación con un gobierno incapaz de generar empleo en medio de una economía que sigue bebiendo de sus buenos resultados macro y destacando el mayor consumo en los grandes almacenes y supermercados, como si ello midiese el bienestar del poblador peruano.
Al BM-FMI y a sus patrocinadores no les interesa que se reactiven los mercados internos generando empleo sostenible; lo que les interesa es que se abaraten las importaciones en países como el Perú, para que sigamos importando p.e. los productos básicos (maíz, trigo, algodón, etc... ) de EEUU, donde estos productos (como en la UE) son monumentalmente subsidiados. Si el sol se revaluase -que es lo que pretendía el FMI- nuestras exportaciones se encarecerían y nuestras importaciones a la inversa, se abaratarían; resultado: precios más accesibles para el consumo sí, pero a la vez, menos, mucho menos empleo, más pobreza y mayor concentración de la riqueza económica en manos de los "afortunados" importadores. ¿Cuánto se podrá aguantar?; ¿es ese el Perú que queremos?. No se equivoquen: la presión social se desbordará y se generará uno de los mayores caos de la historia moderna en el Perú.
Echar cifras diciendo que ... una reducción del 50 por ciento en los aranceles no es suficiente; un (recorte) del 75 por ciento generaría una mejora en el bienestar global de cerca de 75,000 millones de dólares sobre una ganancia potencial de 182,000 millones de dólares si se liberalizara la agricultura", resulta una apreciación globalizada que puede o no ser válida; ¿pero quiénes se beneficiarán de ese bienestar y esa ganancia potencial?; le dejamos la respuesta al economista Martin que sin duda goza de importantes ingresos como funcionario notable de la burocracia dorada del Banco Mundial y que no se beneficiará directamente o no sufrirá en lo más mínimo de las consecuencias que conlleva su afirmación si se llegase a hacer realidad, si tuviese o no razón, lo que finalmente a él poco le debe importar.
Mientras el señor Martin se diera el tiempo para ensayar una respuesta a la pregunta planteada en el párrafo anterior, nosotros ensayaremos la respuesta para el caso del Perú, donde el amigo Martin está lejos, muy lejos de tener razón.
¿Por qué?; porque el Perú para la agricultura, es una excepción ya que en nuestro país se puede cultivar o plantar y cosechar materialmente cualquier producto agrícola de manera competitiva durante todo el año gracias a sus ventajas comparativas naturales únicas en el mundo; y porque lo normal -palabra que parece no existiera en el diccionario del castellano de Perú- es que con una realidad así, se prioricen los productos de consumo masivo con mercado interno asegurado, v.g. los productos denominados "sensibles" en la negociación del TLC (los que el señor Martin quiere liberalizar bajando el arancel o eliminando cualquier otro tipo de mecanismo que proteja la producción nacional): el maíz amarillo duro (aquí se da el mejor maíz del mundo y se puede hacer ya a nivel competitivo); el trigo (aquí se puede producir con la misma productividad que en EEUU); el algodón (en el que el Perú fue líder productor 40 años atrás y en el que inverosímilmente se ha retrocedido de 253 mil hectáreas en 1962 a 118 mil en 1990 y 65 mil en el 2003; y el mejor algodón del mundo -el pima- va hacia su extinción; ¿incapacidad o intencionalidad?); la caña de azúcar (bis, aunque la realidad de este sector amerita una reorientación del producto industrial final, priorizando el etanol sobre el azúcar); y el arroz (fundamentalmente en la Selva, previendo las adecuadas vías de comunicación para ponerlo en el mercado, ya que en la costa este producto es alto demandante de agua y depredador de suelos que pueden dedicarse a otros cultivos más rentables y competitivos).
Si a ello agregamos los otros productos de consumo como la papa, la yuca, el camote, etc ..., además de productos únicos de altísimo valor nutritivo, en el Perú -normalmente- no debería haber hambre, que es la premisa sobre la que basa su afirmación el señor Martin. Y si lo hay, es simplemente por la incapacidad y desinterés de los sucesivos gobiernos, para resolver este problema que únicamente requiere de voluntad política y de un poco de organización que el presente gobierno ha dado ya con la "Ley Marco para el Desarrollo Económico del Sector Rural", ley 28298, que no se reglamente porque hay intereses que no quieren que el sector rural se desarrolle y con ello la economía y el bienestar de los peruanos.
Que hay que impulsar los otros productos -hoy promovidos como estrellas a propósito del TLC- nadie lo discute, adelante; pero pretender afirmar que estos productos (espárrago, palta, mandarina, uva, mango, pimiento, cebolla, aceituna, limón ..) son mayores generadores de empleo sostenible cuando se comparan con el que se generaría de reemplazar la importación del maíz amarillo y el trigo, a la vez de recuperar el potencial del algodón, relanzar la caña de azúcar atada a la producción de etanol; es por lo menos falaz.
En los siguientes tres artículos de esta serie, analizaremos lo que significa el futuro de la economía agrícola y agroindustrial peruana, si se lograse proteger selectiva y temporalmente estos productos, logrando como consecuencia, la mejora sustancial y sostenida de la "balanza comercial peruana" que es el objetivo fundamental de un TLC y evitando las insultantes "propinas" que el gobierno anuncia entregar como compensación por el daño que se ocasionaría a los actuales agricultores que trabajan hoy el trigo, el algodón y el maíz; cuando de lo que se trata es de hacer lo "normal", es decir, promover intensivamente y con tecnología la producción de esos productos para llevarlos a niveles de competitividad, que en el Perú serán de los más altos del mundo, con mercado interno asegurado y con posibilidades de orientarse incluso a la exportación. ¿Por qué si Chile, Argentina, Brasil, Colombia y hasta Bolivia tienen mecanización intensiva en las labores agrícolas, eso ha sido y sigue siendo negado o evitado reiteradamente por los gobiernos y las fuerzas económicas en el Perú?.
Continuará
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