El riesgo es inevitable y conduce los mercados. La habilidad para manejar el riesgo es crítica para el crecimiento o la supervivencia de las actividades económicas y empresariales. En los mercados de competencia global de hoy, todos los negocios enfrentan riesgos y en los aún más competidos mercados del mañana, para mantener vigencia, las empresas deberán aprender a cuantificar y manejar esos riesgos si quieren prosperar.
La volatilidad, el juego de la competencia, las condiciones económicas, el diseño de productos y las estructuras de activos, han cambiado para siempre. También han cambiado las penalidades que deben sufrir las organizaciones que toman decisiones equivocadas y que no reaccionan a la dinámica competitiva y a los mercados financieros.
Es por ello fundamental que la Empresa re-enfoque –dentro de un contexto de modernidad gerencial- el proceso de formulación de su Plan Estratégico.
El Planeamiento Estratégico surge con fuerza a la arena de la gestión empresarial y corporativa a fines de la década de los 70, inicios de los 80, aunque en la planeación de negocios, los llamados business plan, son una práctica común desde los 70, en las corporaciones internacionales.
A principios de los 90, surgen cuestionamientos a la validez del Planeamiento Estratégico a través de críticas casi siempre fundamentadas en los enormes distanciamientos entre las expectativas creadas y la realidad de los resultados prácticos obtenidos en el empleo de la herramienta de gestión, aunque estas distancias en la realidad nada tenían que ver con la metodología aplicada sino que eran exclusiva responsabilidad de quienes la empleaban mal
A mediados de los 90, se reivindica la vigencia del Planeamiento Estratégico como la herramienta más importante de la Gerencia Moderna. En efecto, grande pensadores empresariales como: Gary Hammel, James Moore, Adrian Slywotsky y Jorma Ollila, relanzaron el Planeamiento Estratégico integrándose conceptos prácticos de desarrollo que resultaron exitosos y aún mantienen vigencia; me refiero a los conceptos de Migración de Valor, Competencia Central (Core Competence), Ecosistema Empresarial (Business Ecosystem), Coevolución, Espacios de Oportunidad (White Space Opportunities) y Intención Estratégica (Strategic Intent).
Muchas herramientas de Gestión surgieron y se hicieron moda durante los 90, pero prácticamente todas han ido desapareciendo. En este escenario, el Planeamiento Estratégico se mantiene vigente, y continua evolucionando para mantener su validez incorporando en una elaboración esquemática integrada a la cadena de valor, la dinámica de sistemas, la administración de riesgos (dentro de una conceptualización moderna) y el Hexágono de la Organización Inteligente, sobre cuyas primeras cinco disciplinas elaboró con visión, Peter Senge a partir de 1990 y que se complementa con la sexta disciplina: sustentabilidad y Ecoeficiencia, hoy ineludible por su compromiso con el futuro
La evolución del Planeamiento Estratégico para el Siglo XXI, no implica mayores cambios en la definición del negocio, excepto que metodológicamente se debe desarrollar de manera matricial; el tema de valores, debe extenderse a los valores tangibles y a su trascendencia en el mercado y la sociedad; e ineludiblemente debe establecerse en función de la sustentabilidad y la responsabilidad social.
La definición corporativa / empresarial, se formulará con base a la Intención Estratégica y contener un espacio presente y su proyección al futuro, en términos de Visión, Misión (responsabilidad social), Objetivo Fundamental (responsabilidad económico-empresarial) y Espacios de Oportunidad.
Se completa la definición empresarial, esquematizando el Sistema Empresarial de manera de establecer una aproximación a la Dinámica del Sistema y a las necesidades de programas de trabajo que permitan la “toma de decisiones” efectivas, a través de un efectivo manejo de los riesgos.
Para prospectar una eficiente Administración de Riesgos, preguntas iniciales claves como:
1. Qué riesgos enfrenta la empresa?
2. Puede cuantificarlos y monitorearlos?
3. Qué riesgos se pueden manejar dentro de la organización?
4. Se dispone de infraestructura, políticas y normas para la administración de los riesgos que se toman o enfrentan?
5. Están las responsabilidades sobre los riesgos asignadas dentro de la organización?
6. Está claro quién toma decisiones sobre qué riesgos?
es indispensable plantearse en esta etapa del plan.
La sinergia de la Dinámica de Sistemas y de las modernas herramientas de Administración de Riesgos, configuran la nueva base para el desarrollo estratégico y operacional de la empresa moderna que se desenvuelve en escenarios diversos, donde hay un común denominador: el riesgo.
No hay mucho misterio; sólo se requiere un poco de experiencia, sentido común y orden.
LABV
Documentos sobre temas generales de interés. Artículos sobre Política, Economía, Sustentabilidad, Desarrollo Empresarial y actualidad en general, con énfasis en la Realidad Peruana - Luis Bravo Villarán; Perfil: https://www.google.com/profiles/luisbravovillaran#about
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario