jueves, abril 22, 2010

De cómo fue el baile antes de la Burbuja Financiera (21/04/2010)

Un amigo me hizo llegar el siguiente comentario al artículo anterior:

QUOTE:

A principios de 2006 Goldman Sachs contrata al Sr. John Paulson y le pide que investigue si el sector vivienda se encontraba en una burbuja. Paulson regresa con estadísticas y data histórica que probaba que de hecho el precio de las viviendas estaba sobrevaluado. Allí empieza el problema. Una vez que se confirma este hecho, Paulson viendo que el precio de las viviendas había llegado a su tope, comienza a estudiar cómo apostar con base a estas hipotecas riesgosas.

Es así que hicieron citas con los banqueros de Bear Stearns, Deutsche Bank y otras firmas para sondear si se podían crear los CDO (Obligaciones de Deuda Colateralizada) respaldados por las hipotecas “Sub-prime”.

Se crean los CDO’s y deciden entonces apostar a estos paquetes, cubriéndose a través de contratos de seguros por si el valor de los bonos hipotecarios declinaba o caían en “default”.

El equipo de Paulson escogería los bonos hipotecarios para la estructura de las CDO’s, los banqueros mantendría algunos de las seleccionados y reemplazarían otros; luego los banqueros tomarían los CDO’s calificados por las agencias clasificadoras.

El punto álgido del asunto es que GS habría sorprendido, escondiendo a los inversionistas el hecho que se les vendía Mortgage Securities (Títulos Hipotecarios) que en realidad fueron hechos por ellos mismos; y peor aun ocultando el hecho que ya se sabía desde el inicio que esto iba a fallar y en consecuencia desde un principio fueron los únicos que se protegieron en su eventual debacle, del que ya se sabe GS sale ganando $20 billones; y Paulson –en el 2006 un pobre desempleado- facturó por su inventiva, nada menos que $175 millones.

UNQUOTE


COMENTARIO:

La mención a Golman Sach hecha en el artículo, sale de una nota periodística de la semana pasada. En realidad GS únicamente trataba de proteger sus intereses como es natural, gracias a que tenía (tiene) la habilidad y capacidad necesaria para bien cubrirse.

Hagamos una breve reseña de la secuencia de cómo se fue saliendo de control el espiral hasta que reventó la burbuja.

Con la caída del mercado inmobiliario americano, los bancos comienzan a tener dificultades de cobertura (Capital / Créditos Concedidos) para cumplir con las normas de Basilea; entonces la habilidad hace que se recurra a la titulación, empaquetando hipotecas “prime” y “subprime” en los llamados MBS (Mortgage Backed Securities - Obligaciones Garantizadas por Hipotecas); es así que, en vez de tener miles de hipotecas sueltas en la cuenta de activo (créditos concedidos), pasaron a tener “paquetes de hipotecas” en los que había “buenas”, “regulares” y “malas”, que ponen a la venta y hacen “caja” con el dinero producto de estas colocaciones, disminuyendo la cuenta de “créditos concedidos” y por tanto mejorando la cobertura de capital.

Pero, ¿quién compra estos paquetes?; pues nada menos que entidades filiales creadas por los mismos bancos a las que de les llama “conduits” (Trust o Fondos), que no tienen la obligación de consolidar sus balances con los del banco a las que pertenecen. ¿Y con qué dinero pagan los “conduits” la compra de los paquetes?; mediante créditos de otros bancos y/o contratando Bancos de Inversión que venden los MBS a Fondos de Inversión, Sociedades de Capital de Riesgo, Aseguradoras, etc… cuyas fuentes llega hasta los inversionistas individuales, a las familias. Por supuesto estos MBS tenían que ser debidamente calificados por las Agencias de Rating (Clasificadoras), para mantener el esquema de “honorabilidad” del sistema financiero. En la calificación había desde “Investment Grade”, AAA, AA, A, BBB, etc, hasta “Equity”, las de mal alto riesgo (subprime).

Por supuesto en el lado de los inversionistas, hay desde los más conservadores (que preferían MBS con “Investment Grade” y rendimientos bajos), hasta los más agresivos que jugaban a rentabilidades más elevadas. Quedaban entonces los MBS más malos para los que se recurrió al expediente del re-rating (recalificación) estructurándolos en tramos (tranches) ordenados de mayor a menor en su probabilidad de no-pago (tramos de relativamente buenos, muy regulares y malos), con el compromiso de pagar a los menos malos, diversificando así el riesgo para los inversionistas con apetito y permitiendo así la recalificación.

Estos “tranches”, son rebautizados como CDO ((Collateralized Debt Obligations, Obligaciones de Deuda Colateralizada), comenzando la “Danza de Derivados Financieros”. Así se crean los CDS (Credit Defaul Swaps) para los inversionistas “timberos” (gamblers) que al comprar un CDO asumían un riesgo de impago por los CDO que compraban, a cambio de cobrar más altos intereses. Siguiendo la danza, se crean los “Synthetic CDO”, que no se termina de entender qué eran, pero que daban una rentabilidad sorprendentemente más alta y que se compraban mediante créditos bancarios con bajas tasas de interés, lo que resultaba muy atractivo a esos “timberos”.

La gran mayoría de esos instrumentos de inversión -tan riesgosos pero tan rentables- fueron asegurados por empresas de reconocido prestigio y trayectoria. Esto con el fin de “proteger a los banqueros” originarios de esta creativa “bola de nieve”; y es allí donde aparece en escena AIG, que sin duda además de cubrir esos riegos mediante pólizas de seguros contingentes, también era inversionista –y fuerte- en esos mercados especulativos; es decir, perdió por ambos lados.

Todo esto tenía como premisa que el mercado inmobiliario americano seguiría en alza y que hasta las hipotecas de menor calificación (las que después fueran llamadas “Ninja” = No Income No Job, nor Assets), serían pagadas; lo que como sabemos, no ocurrió.

¿Dónde en esta secuencia, cae la recientemente denunciada operación de Golman Sach?

LBV

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