19 de Abril – Continuación y reiteración parcial del artículo del 21 de marzo 2010
De - El Financiero en línea
Washington, 17 de abril.- El presidente estadounidense Barack Obama reiteró hoy que es tiempo de proceder con la reforma real de Wall Street, ya que de no hacerlo el precio será demasiado alto para el país.
“Haremos que Wall Street asuma su responsabilidad. Vamos a proteger y darles más control a los consumidores en el sistema financiero”, dijo el mandatario al retomar en su mensaje de radio sabatino su intención de impulsar una reforma financiera.
Obama apuntó que tras la crisis económica, la reforma de Wall Street “es demasiado importante para quedarse de brazos cruzados”.
Resaltó que la reforma acabará con rescates financieros, exigirá que Wall Street rinda cuentas y protegerá a consumidores, contribuyentes y a la economía de abusos que ayudaron a desencadenar la crisis económica.
“Cada día que pasa sin la reforma, significa que continúan estos abusos y el sistema que los permite. Es hora de proceder con la reforma real de Wall Street”, reiteró.
Obama reconoció que la economía se vio afectada en el último par de años por varias causas, pero “la principal fueron las fallas en el sector financiero. Lo que está claro es que la crisis se podría haber evitado si las firmas de Wall Street rindieran cuentas más claras”.
“De igual forma si los tratos financieros fueran más transparentes y si los consumidores y accionistas tuvieran más información y más autoridad para tomar decisiones”, abundó.
Denunció que el sector financiero y sus influyentes cabilderos se han opuesto a modestas medidas de protección contra el tipo de riesgos irresponsables y malas prácticas que precisamente desencadenaron esta crisis.
“Estamos rodeados por las consecuencias de esta falta de responsabilidad, de Wall Street y Washington: los ocho millones de empleos perdidos, billones en ahorros que se esfumaron e innumerables sueños perdidos o negados”, dijo.
“Creo que debemos hacer todo lo posible para asegurar que ninguna crisis de esta magnitud vuelva a ocurrir jamás”, puntualizó el presidente tras insistir en que el plan traería mayores medidas de protección al consumidor.
“Por eso estoy luchando con todas mis fuerzas para que se apruebe el conjunto de medidas de reforma de Wall Street y las medidas de protección al consumidor”, manifestó sobre el plan de reforma que ya está circulando en el Congreso.
“En pocas palabras, esto significa que no habrá más rescates financieros. Nunca jamás los contribuyentes tendrán que pagar los platos rotos”. (Con información de Notimex/JOT)
Mientras Obama anuncia lo reseñado, la SEC denunció formalmente al banco Goldman Sachs (uno de los dos bancos modelos que sobrepasaron la crisis del 2008) de defraudar a inversionistas por mil millones dólares en hipotecas sub-prime CDO (obligación de deuda colateralizada), según da cuenta la prensa el último sábado. Esencialmente, Goldman vendió un producto financiero complejo a sus clientes con una condición oculta que le permitió a un cliente más grande -el fondo de cobertura Paulson&Co- substituir secretamente las buenas hipotecas del paquete, por malas.
¿Esto señala una revocación en la lucha titánica de vida o muerte entre las naciones-estado y la oligarquía financiera global? No. El paquete de leyes necesario para revertir el curso de esta guerra antes de que los bonos soberanos llenen de basura el campo de batalla, es enorme; pasarán miles de ensayos, trillones de dólares en daños y decenas de miles de oficiales enviados a la cárcel. Incluso eso puede no ser suficiente sin una larga campaña para pacificar y desmontar los “bancos demasiado grandes para fallar” y los fondos de cobertura.
Una forma de evitar estos fraudes y lograr lo que Obama se propone, podría ser la que expusimos en el artículo anterior; desde luego, no con salvatajes como el del 2008-2009, emitiendo $700 billones para rescatar malas deudas de los bancos que generaron la crisis con su accionar especulativo malsano como en el que ahora incurre (reitera) Golman Sach.
Obama sin duda busca que “los tratos financieros sean más transparentes y los consumidores y accionistas tengan más información y más autoridad para tomar decisiones”; pero ello transcurre –creemos y reiteramos- por el expediente de cambiar el paradigma financiero (bancario) y establecer con fuerza el mecanismo de la fiducia en iniciativas público-privadas a nivel de los Estados de la unión, de manera que las deudas sean transferidas a entidades fiduciarias (ello permitirá limpiar sistemáticamente, los balances de los bancos). Estas entidades fiduciarias, además asumirían el rol de “bancos de segundo piso”, pues podrían manejar los fondos de rescate, pero no vía inyección directa de dinero, sino a través de fondos de garantía que permitan la emergencia de nuevas actividades productivas generadoras de valor, respaldando nuevos créditos que -de manera sana- otorgarán los bancos, sin necesidad de establecer “hipotecas” (que terminan siendo titulizadas y metidas al circuito de mercado especulativo, con los resultados ya conocidos, ahora reiterados por Golman). Las nuevas operaciones así establecidas, se fideicometen de manera integral (activos productivos y subordinación de flujos de caja) y van liberando las garantías –a medida que construyen su activo productivo y generan flujo- para que estas sean aplicadas a otras operaciones, propiciándose así una reactivación estructural de la economía a partir del nivel medio de la población, que es el colchón que da competitividad a las economías; así se podrá en el tiempo recuperar gradualmente las –hoy- malas deudas.
Ojalá la propuesta del presidente de los EE.UU. origine un cambio sustantivo y no sea una tibia variación en el rumbo, que deje la discrecionalidad del manejo de los activos financieros en las mismas manos y que siga permitiendo el esquema fundamentalmente especulativo que ha dominado las operaciones financieras y de inversiones en los últimos años, con los resultados ya conocidos.
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