domingo, julio 17, 2005

31. “La Bio-economía es el Nuevo Paradigma - 2”, por René Passet.

La bio-economía es el nuevo paradigma de la ciencia económica: El proceso económico se descubre como una extensión de la evolución biológica


Especies exobióticas
En el plano social, la humanidad se divide a su vez en « especies exo-somáticas » tan diferentes unas de otras como las especies biológicas. De ahí el malentendido que pretende aplicar a todas las especies exo-somáticas los mismos remedios. « Un Homo Indicus pide ayuda cuando su burro se ha roto una pata (...) el Homo Americanus se remedia con un neumático radial para reparar la avería de su vehículo».

Los conflictos de intereses, individuales cuando la producción y el uso de herramientas se hace a nivel individual (el arco y las flechas), se convierten en colectivos desde que la producción exige la cooperación de todos ; y la ruptura se refuerza con la apropiación de estos instrumentos por algunos : de esta forma, están los que poseen estos instrumentos y los que sólo tienen su fuerza de trabajo que vender.

En el plano económico, « los recursos in situ y la contaminación irremediable no tienen precio para saber lo que hay que pagar. Los impuestos (..) favorecen a los que pueden pagarlos. La inepcia de esta política bio-económica salta a la vista ». No pueden evitarse las intervenciones directas. « En cada situación en la que los recursos se hacen cada vez más escasos, una sabia política consiste en actuar en primer lugar sobre la demanda » y sobre el despilfarro « hoy forjamos arados que pertenecen a las generaciones futuras y los convertimos en espadas presentes, capaces a aniquilar toda forma de vida en este planeta. »

Los recursos deben ser mundializados. Pero G-R subrayan sobre todo la necesidad de privilegiar la energía solar. Sólo la cantidad de esta energía que llega al suelo representa « más del diez mil veces la energía total consumida el mismo tiempo en el mundo entero »... y el Sol brillará todavía 5.000 millones de años más y no contamina nada : « la energía solar es la única que puede ser considerada como un bien libre ». El estado de extrema dispersión en el cual esta energía llega al planeta, demanda un esfuerzo costoso de concentración que no puede sobrepasar las capacidades humanas. En total, sin embargo, la entropía de la materia permanece infranqueable y G-R no cree en la posibilidad de superar los problemas que de ello se desprenden.

La Tierra es un sistema abierto
Esta apertura constituye una etapa decisiva. Sin embargo, se enfrenta a dos limitaciones : la termodinámica de Carnot, en la que las leyes sólo afectan a los sistemas cerrados, y a una biología de la que señala las vías sin por ello traspasar el umbral. Dos limitaciones que yo he tratado de trascender, particularmente en mi libro L’Economique et le vivant (1979).

La Tierra es un sistema abierto a la energía solar que la atraviesa. La termodinámica de las estructuras disipativas de Prigogine muestra que una aportación energética exterior puede mantener o acrecentar localmente la complejidad de un sistema : la radiación solar (degradación por sí misma) representa, para nuestro planeta, una aportación de energía que anima los grandes ciclos naturales, hace crecer a las plantas y permite la evolución cada vez más compleja de la vida (creación).

G-R conocen bien los trabajos de Prigogine, pero se opone a su « ley de la degradación de la materia », indisociable de la ley de la energía. Es olvidar que esta indisociabilidad se ejerce también en el sentido de la reconstrucción : la entropía no « destruye » la materia, sino su organización, y es precisamente la organización material la que reconstituye los ciclos bio-geoquímicos. La planta que crece reemplaza a la planta cortada.

Sin duda, el astro central está llamado a apagarse, pero la responsabilidad humana está llamada a gestionar el patrimonio energético y material terrestre. En ese sentido, la termodinámica de los sistemas abiertos nos deja entrever la perspectiva de una gestión que no acelere la entropía sobre nuestro planeta. A condición, evidentemente, que sean respetadas las obligaciones estrictas relativas a los límites de los flujos de reconstitución como a la regeneración de los recursos finitos por nuevos recursos.

Continua

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