domingo, noviembre 27, 2011

Proyecto Minero CONGA; una herencia que puede resultar fatal


Proyecto Minero CONGA; una herencia que puede resultar fatal
por Luis Bravo Villarán (26 de Noviembre 2011)


El conflicto generado en el proyecto minero Conga, no es de gestión reciente; es una herencia de los gobiernos anteriores (especialmente del de García), que si no se logra manejar con inteligencia, será fatal para la gobernabilidad del país.

No es necesario entrar en consideraciones técnicas y ambientales que son harto conocidas; el aprovechamiento extremista y de las ONGs anti-mineras, es claro; ya no interesa si la población va a ser beneficiada o no (ese no es el punto). La destrucción de maquinaria y equipos que se había financiado a sectores de la población  para participar como sub-contratistas de la minera (en un esfuerzo para hacer un desarrollo inclusivo), es más que reprobable; ello es una muestra clara del aprovechamiento político extremista para poner en jaque al gobierno de Ollanta Humala.

¿Por qué en Cajamarca, donde se encuentra la mina de oro más grande de Latinoamérica y una de las más grandes del Mundo, se elige como Presidente Regional –abrumadoramente- al Sr. Gregorio Santos, ideológicamente, la autoridad elegida más extremista del país (Patria Roja)?. Si hubiera habido una razonable y justa inclusión social con bienestar en todos los años de la operación minera de Buenaventura, sin duda el elegido no hubiera sido Santos, que tiene un muy alto nivel de aceptación en su región.

Los señores de Benavides y sus socios han hecho definitivamente esfuerzos diminutos en temas sociales y ambientales. Cajamarca al 2008, tiene un nivel de pobreza del orden del 60% y 25% de extrema pobreza;  y está por supuesto, en la categoría de “Pobre”. ¿Cómo es esto posible? Ahora simplemente están recogiendo lo que se ha sembrado.

Imprudente el ministro Herrera que va a meterse en la “boca del lobo” y regresa en el avión de la empresa (la parte pudiente del conflicto).

No veo cómo se puede criticar al Señor Santos, que asume con consecuencia su papel y que gracias a él no se ha generado -aún- una desgracia mayor.

El gobierno enfrenta una situación muy crítica y peligrosa: debe equilibrar entre lo legal y lo legítimo; entre la gobernabilidad y las ideologías extremistas (de ambos lados: el de derecha de los “dueños legales” de los yacimientos y el de quienes quieren llevarlo a un gobierno de extrema izquierda).

Aparentemente, no habría solución dentro del marco legal vigente; el diálogo se complica; el enfrentamiento puede potenciarse en cualquier momento y la “sangre puede llegar al río”. La razonabilidad técnica, ambiental e incluso social, no interesa a quienes azuzan aprovechando la situación creada por una minera indolente y poderosa en el pasado. Los azuzadores no necesariamente quieren una solución que devenga en el bienestar de la población, pues las ONGs detrás del conflicto, se quedarían sin “problemas que resolver” y su negocio es hacer diagnósticos y generar conflictos, pues sin ello, se quedan sin la ayuda internacional que hace vivir cómodamente a los onegeístas involucrados; es una forma de vida rentable.

Se requiere de inteligencia política y buen manejo para llegar a una solución de equilibrio y compromiso con el desarrollo inclusivo y bienestar de la población, para lo cual no se puede prescindir de la inversión.

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