martes, mayo 03, 2005

05. LA CONSTITUYENTE por Jaime Durand Palacios

LA CONSTITUYENTE: LA GRAN OPORTUNIDAD DE TOLEDO

Por Jaime Durand Palacios

El presidente Toledo declaró recientemente al diario español “El País” que en el Perú quizá habría “demasiada democracia” y que por eso estaría incapacitado de controlar la corrupción pues la ley (la Constitución) lo tiene “con las manos atadas” al no tener la capacidad de intervenir en los otros poderes del Estado. Con esa excusa pareciera justificar (y hasta añorar) lo que hizo el quasi-dictador Fujimori. Es decir, cerrar el parlamento y controlar el poder judicial. Sorprendentemente el presidente reconoció que quizá ha llegado el momento de que “la democracia tenga mecanismos de defensa”.

Señor presidente: ¡Nunca puede haber demasiada democracia! Lo que sucede en el Perú es lo contrario. En el Perú no hay una democracia plena y la “independencia de los poderes” está mal entendida. Lo que tenemos es una Constitución presidencialista (maquinaria de gobierno análoga a un reinado por 5 años) que lamentablemente la tradición política perpetúa. Elegir a un presidente no hace a la democracia. Elegir a los congresistas tampoco. Además, no hay democracia cuando una sola persona gobierna. “La democracia es el gobierno del Pueblo para el Pueblo y POR el Pueblo”. Una Constitución democrática moderna (parlamentarista) requiere que el Pueblo, es decir el Congreso, gobierne. Para eso tenemos que cambiar la Constitución para que el primer ministro sea elegido como jefe del ejecutivo por el congreso y su gobierno de cuenta al congreso como corresponde. El presidente en las constituciones parlamentaristas tiene más estatura que la del jefe del ejecutivo, pues él lidera todos los poderes del Estado… pero no gobierna. Gobierna el primer ministro.

El problema que usted esta viviendo, es el producto de una Constitución presidencialista obsoleta (copiada por Bolívar de Washington), donde el poder de gobierno reside en una sola persona y los poderes del Estado son totalmente independientes. Estableciendo así el Estado, se pretendió lograr un balance entre los poderes. Pero el problema es que los poderes así constituidos terminan indefectiblemente enfrentándose, unos contra otros, sobretodo si las partes independientes se corrompen; y el Pueblo no puede intervenir para controlarlos, perpetuándose la corrupción. Pero la situación es peor … la razón por la que usted, ni nadie en el Perú, puede controlar la corrupción que embarra al poder judicial (y a las otras instituciones tutelares del Estado), es que la corrupción se genera en el extranjero utilizando un billón y medio de dólares provenientes del narcotráfico. Este fenómeno ha hecho del Perú un narco-Estado que la Constitución actual termina “convenientemente” defendiendo, al perpetuarse “la independencia total de los poderes”, que usted reconoce es nefasta, pues jamás va a perseguir a sus promotores.

No existe en la Constitución actual mecanismo alguno para controlar la corrupción de los poderes. Por eso usted reconoce que ha llegado el momento de que “la democracia tenga mecanismos de defensa”. Bueno … ese mecanismo se llama la Sociedad Civil Constituyente y si usted llamase a una Constituyente y apoyase un movimiento parlamentarista en el Perú exigiendo que el poder del Pueblo esté presente en todos los poderes del Estado, entonces tendríamos “el mecanismo de defensa democrático” que usted tanto desea. La presencia del Pueblo en el poder judicial se logra -por ejemplo- al dotar a la Corte Suprema, además de las opiniones de los jueces de carrera (autoridades por conocimiento y entereza moral), de la opinión del Presidente de la Republica así como de la opinión del Presidente de la Cámara de Senadores, de la del Presidente de la Cámara de Diputados, de la del Presidente del Colegio de Abogados y de la de dos representantes de la jurisprudencia académica (además de haber jurados populares en las primeras instancias de Poder Judicial). Así se lograría la independencia del poder judicial pero con el Pueblo presente en él. Ningún ciudadano tendría derecho de coaccionar a un juez, mas en “el tuétano” del poder judicial estarían presentes los representantes del Pueblo.

El objetivo es lograr una Constitución que dé independencia a los poderes del Estado pero que permita a los representantes del Pueblo estar presentes en ellos para que tengan poder de corregirlos si se corrompen. En las verdaderas constituciones democráticas no hay poder del Estado donde el Pueblo no está presente. El poder ejecutivo nace del poder legislativo y no puede enfrentarse a él por mucho tiempo pues, o el primer ministro disuelve las cámaras y acelera las elecciones (si el legislativo se corrompe o es inaceptable) dando lugar a que la población tenga que elegir a los nuevos representantes (tomándose “una fotografía democrática” de la opinión pública); o el primer ministro es destituido por el congreso y ellos eligen a otro primer ministro del mismo partido o de otro partido.

Actualmente los partidos políticos son simplemente maquinarias electorales para llevar a un caudillo al poder. Es solamente cuando el primer ministro acelera los elecciones que se forman, por primera vez, los partidos políticos con ideología y doctrina. El parlamentarismo logra esto, pues al acelerarse las elecciones la población tiene que decidir si desea mantener al mismo primer ministro (eligiendo a los congresistas de su partido) para que este lleve adelante la propuesta ideológica partidaria (casi un referendum) o desean elegir a los congresistas de la oposición que elegirían a otro primer ministro. Así es como España se gobierna con la diferencia de que en vez de tener un presidente, tienen a un rey. Estoy seguro Señor Presidente que allá no se le entendió, pero acá, si usted propone una Constituyente, todos entenderemos que no es culpa suya que al Perú no se le pueda gobernar (debido a su Constitución). Usted tiene la oportunidad de traer la democracia plena al Perú. Quizá la democracia plena pueda defender al Perú de la corrupción.

Pase usted a la historia bien: convoque a una Constituyente.

j.durand@sbcglobal.net

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