jueves, mayo 26, 2005

18. "Despierta América Latina ...", por Polan Lacki

.. Los gobiernos colapsaron y urge hacer algo radicalmente diferente

"Cuando los remedios no tienen suficiente eficacia para curar las enfermedades es necesario curar los remedios, para que curen al enfermo" (Padre Vieira-Sermón de Santo Antonio)

Ahora no nos queda otra alternativa, tenemos que oír el consejo del Padre Vieira. Los remedios convencionales para curar los males del subdesarrollo ya no pueden ser aplicados, por la sencilla razón de que los gobiernos ya no disponen de ellos. La ilusión de que el Estado paternalista solucionaría todos nuestros problemas se acabó. En todos los países de América Latina, sin excepción, los gobiernos nacionales, provinciales y municipales están debilitados, "desfinanciados" y fuertemente endeudados. Los recursos que recaudan mal alcanzan para pagar deudas e intereses de préstamos, sueldos y jubilaciones; y lo poco que queda se destina a mantener, apenas con vida vegetativa, un aparato burocrático sobredimensionado y casi improductivo.

Es esta insuficiencia de recursos públicos---y no tanto la falta de voluntad política, la principal razón por la cual los sucesivos gobiernos no solucionan los crecientes problemas de la educación, de la salud, de la agricultura, de la infraestructura, del saneamiento básico, del transporte urbano, de la pobreza, de la asistencia a los discapacitados, del combate a la delincuencia, etc. Los gobernantes están virtualmente paralizados, asistiendo pasivamente y aceptando como si fuese aceptable, la persistencia de los siguientes hechos que ya están incorporados a la vida cotidiana de nuestros países:
- Los desempleados buscan desesperadamente pero no consiguen un empleo.
- Los enfermos esperan varios días por una consulta médica, semanas por un examen de laboratorio y meses o años por una cirugía; muchos mueren en los pasillos de los hospitales antes de llenar la odiosa "ficha de admisión".
- Crecientes cantidades de pobres "residen" y recogen cartones en las calles mientras sus hijos están siendo "educados" en el mundo del vicio y de la delincuencia.
- En los basureros públicos los más hambrientos están disputando la comida con ratones y cuervos.
- Los narcotraficantes tienen más poder y mejores armamentos que los servicios policiales
- Desde el interior de las cárceles superpobladas muchos delincuentes siguen comandando el crimen organizado y promoviendo frecuentes rebeliones para reivindicar y conseguir que los transfieran para presidios "más democráticos".

Los gobernantes lo poco que hacen, y recién después de ser fuertemente presionados por denuncias de la prensa o por los sindicatos más agresivos, es "apagar los incendios más ruidosos"; pero después que los ruidos disminuyen cesan las acciones gubernamentales, hasta que ocurra la próxima emergencia. Ello ocurre por la elemental razón de que las crecientes necesidades y aspiraciones de los ciudadanos sobrepasan las decrecientes posibilidades de los debilitados gobiernos en satisfacerlas.

Para empeorar aún más este cuadro de parálisis, los gobiernos ya no pueden reforzar sus presupuestos a través de la vía, cómoda y simplista, de aumentar el endeudamiento público y los impuestos; porque lo primero ya es insoportable para los propios gobiernos y lo segundo ya es insoportable para los contribuyentes. En resumen, la capacidad de los gobiernos de resolver por la vía paternalista los problemas de los ciudadanos está agotada; sólo los "avestruces" aún no se han dado cuenta de esta evidente impotencia gubernamental. Esta es una realidad que no podemos seguir fingiendo que no existe o que no la conocemos, pues ella, además de evidente es creciente; para confirmarla, basta salir a la calle, ver las colas en los colapsados servicios públicos o asistir a los noticieros de la televisión.

Hemos llegado al "fondo del pozo". Entre otras razones, por haber adoptado una estrategia, totalmente equivocada, de combate al subdesarrollo que consistió en suavizar con efímeras migajas paternalistas los síntomas de la pobreza, en vez de eliminar, con conocimientos, las causas que la originen. Lo hicimos creyendo que los recursos gubernamentales eran inagotables. Ahora que dichos recursos están acabados tendremos que abandonar el paternalismo y hacer algo radicalmente diferente. Estamos obligados a reducir drásticamente la estructura del aparato gubernamental, en el cual tenemos demasiados parlamentarios, militares y burócratas improductivos; además estamos derrochando nuestros escasos recursos al mantener organismos estatales que "cuestan mucho y aportan poco o nada" a la sociedad. Con los ahorros obtenidos de esta forma deberemos hacer una inversión, seria y absolutamente prioritaria, en el desarrollo de las capacidades y competencias de quienes están generando los problemas y de quienes están siendo afectados por ellos. Los propios ciudadanos tendrán que ser convocados, formados y capacitados para asumir, en forma individual o grupal/cooperativa, una creciente parcela de responsabilidad en la solución de los problemas. El Estado perpetuador de dependencias deberá transformarse en un Estado educador, "empoderador" de los ciudadanos y emancipador de las dependencias que ellos actualmente tienen de los gobiernos.

Polan.Lacki@uol.com.br
Textos relacionados con esta materia están disponibles en la Página http://www.polanlacki.com.br

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