sábado, mayo 07, 2005

07. ¿Líneas? ... en la Mente - Homenaje a Donella Meadows

Líneas en la Mente, No en el Mundo

Por: Donella Meadows - traducción libre de Luis Bravo Villarán

La tierra se formó íntegra y continua en el Universo, sin líneas.
La mente humana propuso que el universo necesitaba de líneas, de límites, de distinciones. Aquí y no allí. Esto y no eso. Mío y no tuyo.
Ese es el mar y esta es la tierra, el cerebro piensa, la mente propone y aquí está la línea entre ambos. Véalo! Está muy claro en el mapa.
Pero, como un lingüista dice, el mapa no es el territorio. Las líneas en el mapa no se encuentran al borde del mar.
La gente construye casas en la tierra al lado del mar; y el mar viene y se las lleva.
Esta no es tierra, dice el mar. Tampoco es ningún mar. Mire el territorio que Dios creó; no es el mapa que el hombre creó. No existe ningún lugar exacto dónde termina la tierra y comienza el mar.
Los lugares grandes que son no-tierra o no-mar, son bonitos, funcionales, fecundos. Los humanos no los valoran, de hecho ellos apenas si los ven, porque esos espacios no encajan en las líneas que la mente propone. La gente ocupa los terrenos dragados, el relleno, el edificio, agotando los lugares entre la tierra y mar, intentando hacer de cualquiera de los dos, el otro.

Aquí es la línea, la mente humana dice, entre Polonia y Rusia, entre Francia y Alemania, entre Jordania e Israel. Aquí estaba la Cortina de Hierro entre el Oriente y el Occidente. Aquí está la línea alrededor de los Estados Unidos, separándolos del resto. Eso es muy claro aquí, en el mapa.
Los cosmonautas y astronautas en el espacio (cosmonautas son Rusos y astronautas son de USA) miran hacia abajo y no ven las líneas. Estas sólo se crean por las mentes y cambian en la historia como cambian las mentes.
En la escala de tiempo de la tierra, las líneas inventadas por los humanos cambian muy rápidamente. Los mapas de hace 50 años, de hace 100 años, de hace 1000 años son muy diferentes de los mapas de hoy. El planeta tiene una edad de 4 mil millones de años. Las líneas humanas son efímeras, aunque las personas se maten por ellas.
Incluso durante los momentos fugaces de tiempo planetario, cuando se sostienen inamovibles las líneas entre las naciones, los inmigrantes las cruzan legal e ilegalmente. El dinero y los bienes las cruzan legal e ilegalmente. Los pájaros emigrantes las cruzan, la lluvia ácida las cruzan, las lluvias radiactivas de Chernobyl las cruzan. Las ideas las cruzan más rápido que la velocidad de sonido y de la luz. Incluso donde se pretenda una posición policíaca sobre las ideas, estas no son detenidas por las líneas. ¿Cómo podrían hacerlo?; si las líneas son sólo ideas.

Entre tú yo, ahora hay una línea. Ninguna distinción resulta más clara ciertamente que esta. Pero, ahora que yo aparezco. ¿dónde está esa línea?
Esa manzana fresca, aún fría por el rocío de la mañana, no soy yo sino hasta que la como. Cuando la como, yo como el suelo que alimentó la manzana. Cuando bebo, las aguas de la tierra me sientan bien. Con cada respiración tomo hacia adentro el no-yo, pero la hago yo. Con cada respiración hacia fuera exhalo el yo en el no-yo.
Si se envenenan el aire y las aguas y los suelos, me envenenan a mí. Solamente si creo la ficción de las líneas más que en la verdad del planeta sin líneas, envenenaré la tierra, que es yo mismo.

Entre tú y yo, ahora hay una línea. Ninguna otra línea se siente más segura que esa, que parece a veces no una línea sino un abismo profundo, un espacio vacío que bosteza, a través del cual no te puedo alcanzar.
Con todo tú sigues apareciendo en mi mente. Incluso cuando tú estás ausente en la lejanía, algo de ti emerge constantemente en mis pensamientos. Cuando tú estás cerca, siento tu presencia, detecto tu aroma. Incluso cuando intento que así no sea; especialmente cuando intento que así no sea.
Si tú estás en el otro lado del planeta, si no sé tu nombre, si tú hablas una lengua que yo no entiendo, aún así, cuando yo veo tu cara en una fotografía llena de alegría, siento tu alegría. Cuando tu cara demuestra sufrimiento, siento lo mismo yo. Incluso cuando intento que así no sea; especialmente cuando intento que así no sea.
Tengo que trabajar duramente para no prestarte atención. Cuando tengo éxito, cuando te he cerrado mi mente con las paredes de la indiferencia, entonces la presencia de esas paredes, que limitan mi propia vivencia, terminan por hacer que te recuerde.
Y cuando presto atención, mucha atención, cuando me abro completamente a tu humanidad, tu complejidad, tu realidad, entonces encuentro, siempre, bajo cada sentimiento, juicio y emoción, que te amo.
Incluso en ese momento entre tú y yo, las líneas están presente, pero son solamente fabricadas por nuestra imaginación. Incluso cuando intentamos que así no sea; especialmente cuando intentamos que así no sea.

D M

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