domingo, octubre 04, 2009

El dilema del etanol

(Diario “La Primera” ed. 001549)

Experto advierte que apostar por biocombustibles pondría en riesgo nuestra seguridad alimentaria.

Hasta 1980 la balanza comercial del negocio del azúcar fue positiva y desde esa época las importaciones de azúcar son mayores que nuestras exportaciones; ello debido a la apertura del comercio exterior, a la desprotección irracional de la industria azucarera en comparación con los países desarrollados, a la política liberal, a la politización o apristizacion de muchos ingenios azucareros y a la desactivación deliberada, bajo el gobierno fujimorista, de las empresas azucareras para privatizarlas.

Actualmente, aún privatizándose casi todas las empresas azucareras, la producción de azúcar comercial no sobrepasa la producción de 1974; y por el contrario, va decreciendo, al extremo que el consumo per cápita de azúcar importado sigue creciendo llegando al 40% del total consumido. Además, pese a que las empresas azucareras buscan tener más área cosechada de caña de azúcar, su productividad no levantará debido a la ausencia de innovación tecnológica, inversión y planificación concertada con los integrantes de la empresa.

A pesar de este diagnóstico, el gobierno y el sector privado azucarero han puesto en marcha el desarrollo de la producción de Etanol, un biocombustible que, en teoría, contamina “menos” el medio ambiente.

No obstante, si bien recientes investigaciones han arrojado que con caña la reducción de emisiones es significativa, según el standard contemplado en el Protocolo de Kyoto, es verdad también que otros compuestos del biocombustible arrojarían emisiones de dióxido de carbono que, bajo ciertas condiciones de producción, sobrepasarían las de la gasolina.

Además, la producción de agroetanol propicia la transformación de suelos vírgenes, con pérdida de biodiversidad y enormes emisiones de gases de invernadero. A eso hay que añadir que los monocultivos intensivos propician erosión, contaminan aguas y disminuyen la productividad y estabilidad de ecosistemas. A ello se añade que la competencia por tierras cultivables aumentaría los precios de los alimentos, con lo que nuestra seguridad alimentaria se vería afectada.

Nelson Cruz Castillo
Colaborador


RESPUESTA:

Señor Cruz:

Sería bueno que antes de escribir sobre un tema como este, lo estudie bien.

Para su conocimiento el etanol en Brasil tiene un costo de producción promedio de $0.25 / litro; en EE.UU. es de $0.35; y en la costa norte peruana, el costo promedio con tecnología (es decir sin hacer emisiones por quema de la caña, que se elimina y con riego tecnificado y manejo mecanizado), es del orden de $0,15 / litro.

EE.UU. para ser competitivo con el etanol hecho de maíz (lo que sí es una barbaridad), requiere que el barril de petróleo se ubique en $40 a $45 pb; en Brasil a $35 pb; y en el Perú a $25 pb.

¿Sabe usted que en los desiertos de Trujillo, Laredo produce en promedio 200 tm/ha de caña de azúcar?; ¿sabe usted que en Piura el proyecto Caña Brava en tierras eriazas está sacando 220 tm/ha con 21% de azúcares totales? (record mundial); ¿sabe usted que en el valle del Chira se ubica el proyecto de etanol -tecnológicamente- más importante del mundo y que habilitará 26,000 hectáreas de tierras eriazas -hoy improductivas- con riego tecnificado a partir de aguas excedentes; y que de esas 26,000 hectáreas, 14,000 serán para alimentos gracias a la rentabilidad del etanol que utilizará sólo 12,000 ha?

Lo importante es que en el Perú se produzca etanol en tierras marginales y con excedentes de agua, con lo que gracias al biocombustible -como ocurre en Piura- se agregarán tierras a la producción de alimentos; todo lo contrario a lo que usted afirma. El potencial de tierras (desierto) para habilitar a la producción de biocombustibles en la costa peruana, está entre 1 a 2 millones de hectáreas; sólo se tiene que evitar que las aguas (la mayor parte de ellas) que se pierden al mar cada año, sean acumuladas con ensanchamiento de cauces y lagunas con movimiento de tierras en las segundas y terceras terrazas de los ríos de la costa (es decir, sin obras de arte costosas) y luego: riego tecnificado. Se enverdecería toda la costa peruana. Claro que con mentes y visiones estrechas como las nuestras (y las de nuestros gobernantes), eso es una quimera.

Sobre emisión de gases efecto invernadero de la producción de caña de azúcar para etanol (no para azúcar); no cabe comentario. Lo que Usted afirma no tiene sustento y es todo lo contrario, sino los proyectos en curso no ameritarían los Certificados de Reducción de Emisiones (CER-MDL) del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto, que apoyarán su financiamiento.

Con mucho gusto lo puedo ilustrar sobre el tema, ya que usted tiene tribuna para expresarse públicamente y como profesional responsable que es, debe estar en la obligación de corregir una opinión vertida, totalmente errónea.

Atentamente

Luis Bravo Villarán
DNI 08785130

1 comentario:

Unknown dijo...

asu!!! lo sentó en one!! jajaja

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