domingo, octubre 04, 2009

El paro, la CGTP y el gobierno – Parte 1

por Luis Bravo Villarán (julio 2008)

El paro de la última semana en el Perú como dice la BBC de Londres mostrando las dos caras de la medalla –el éxito macroeconómico y la pobreza- en el Perú, hay que tomarlo muy en serio, porque no todo lo que brilla es oro en nuestro país. Es así que la CGTP aunque carezca de representatividad legítima, ha aprovechado la circunstancia que le hace propicia el gobierno, para convocar con éxito a una movilización, que no hace sino mostrar un descontento que carece de liderazgo válido para ser lo efectivo que podría ser, poniendo en peligro incluso la estabilidad de país.

Para entender esto, hay que remitirse un poco a la historia que nos ha dejado un Ande sin intelectualidad para asumir tal liderazgo. Veamos atrás; desde sus inicios y durante la conquista, en todas las regiones del PERU existían los CURACAS, linaje que venía desde el incanato, con derechos de propiedad sobre grandes extensiones de tierras, lo que les permitía tener poder económico y la consecuente buena educación; sus hijos recibían instrucción en escuelas especiales para curacas, lo que los convertía en la clase económica, intelectual y política, aceptada y respetada por la gran mayoría de indígenas, manejando un orden político con ideas, principios y propuestas, formuladas con mucho razonamiento, creatividad y perspectiva de progreso.

Es en 1780 y en ese contexto que TUPAC AMARU -un mestizo libre, con instrucción en escuelas de curacas que hablaba quechua, español, francés y latín, dedicado al comercio, poseedor de 600 mulas, (algo comparable a poseer actualmente mucho vehículos), erudito y con gran poder económico- lanza una propuesta política para formar una nación mixtura entre las administraciones incaica y española y convoca a participar en ella a los criollos, mestizos, e inclusive a la iglesia de la época.

En realidad la revuelta de TUPAC AMARU no fue el levantamiento de un indio con muchos seguidores en contra de la tributación española como algunos enseñan; fue en realidad una guerra civil, entre dos bandos por tratar de imponer sus propuestas económica y política. En esa revolución el saldo fue de 100,000 muertos, lo que entonces representaba el 10 % de la población total del Perú. Esto horrorizó y aterró a todos los habitantes criollos y mestizos vencedores, sobretodo de la costa, quienes propiciaron la no integración del Ande al sistema económico y político planteado por ellos, debido al temor que la gran masa andina que los superaba en numero, planteara nuevamente alguna propuesta, los atacara y venciera.

Es entonces que erradican las escuelas de curacas para eliminar el origen de la intelectualidad de los mestizos e indígenas del Ande; reemplazan a los curacas por gobernadores designados, rompiendo de esta manera el poder económico y la intelectualidad de ese linaje que ostentó liderazgo tanto intelectual como político. Desde entonces, la educación en el Ande se hace precaria situación que aún no se supera.

La –mal- llamada independencia de las naciones latinoamericanas a partir de 1810, se origina cuando Napoleón invade Europa y pone en cautiverio al Rey de España, con lo que las colonias se quedaron acéfalas. De esto aprovecharon los españoles afincados, los criollos y los mestizos, quienes tras algunas escaramuzas y batallas, alcanzan liberarse del pago a la corona española, logrando con ello el control económico, político e intelectual del territorio respectivo ya emancipado, con lo que se dio origen a las frágiles republicas latinoamericanas.

En el Perú, primero el temor al Ande y luego la decisión de no incorporar al sistema a la gente andina, ha permanecido inamovible por años, hasta que recién a partir de la década de 1960, se da la primera gran migración de la región andina a la capital y en los ochentas se da la segunda gran migración.

Estas migraciones traen a la Costa, principalmente a la capital, gente con ganas de superación, que con los años se transformaron de trabajadores individuales y ambulantes en empresas emergentes a partir de los conos norte y sur; se convierten en gente de mucho empuje y desarrollo, aportado sus habilidades, su comida, su música y costumbres, fusionadas con las del habitante costeño, lo que va provocando una revolución cultural y por qué no, hasta intelectual en el Perú de hoy, que debe ser propicia para un cambio positivo que –si bien celebran- no entienden –o no quieren entender- los gobiernos y los políticos que dominan el escenario. Hoy hasta la televisión es ampliamente dominada por esa nueva cultura que es ya una realidad.

Sin embargo, para los que quedaron atrás en el Ande, las cosas no han cambiado y con una realidad desprovista de intelectualidad y de liderazgo, son presa de aprovechadores, desde la izquierda vetusta y sin futuro que busca el protagonismo a partir de este descontento, pasando por la intelectualidad postiza de la izquierda caviar no representativa de esas necesidades (que por cierto ellos no tienen ni sienten); hasta la derecha arcaica pasando por los gobernantes y políticos a los que logran copar bajo una falsa bandera de modernidad que relacionan sibilinamente con la “voz del mercado”, cuando en realidad es la “voz del mercantilismo”.

El Perú continúa fragmentado geográficamente y en realidades distintas. Más allá del Ande, está la Selva que es dominio de bandoleros con el mayor irrespeto por la biodiversidad y por los pueblos autóctonos En todas las regiones se suma la invasión del desarrollo a través de la explotación de los recursos naturales, que en la inmensa mayoría de los casos no entiende las realidades de los lugares en que se opera y se termina en la agresión social y ambiental, generándose descontento y protesta por lo existente; y temor y rechazo por las nuevas iniciativas, mediatizándose el desarrollo.

Es en este escenario es que se firma el TLC con EE.UU., lo que impone al gobierno del presidente García “modernizar” la economía, originándose así el paquete de decretos legislativos que se han dado en las últimas semanas hasta el 30 de junio; algunos necesarios y bien planteados, otros no entendidos y también algunos excesivos, con los que –me refiero a estos últimos- en buena cuenta, se busca una liberalización extrema de la economía que puede terminar negando la libertad a muchos en beneficio del libertinaje de unos pocos.


Sigue …


Agradezco la colaboración en esta primera parte del artículo, de mi amigo el Ingº Jorge Córdova Otero.

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