domingo, octubre 04, 2009

Más de lo mismo …

por Luis Bravo Villarán (16 de Septiembre 2009)

El último lunes (14/Sept) en el Federal Hall de Manhattan el presidente de los EE.UU. Barack Obama advirtió que en el sector financiero persisten comportamientos de “riesgo” y hay quienes “siguen ignorando” las lecciones que llevaron a Lehman Brothers a la quiebra hace un año.

No volveremos a los días de comportamientos temerarios y de excesos sin obstáculos que estuvieron en el corazón de esta crisis” advirtió, al tiempo que anunció “fuertes medidas regulatorias”.

En marzo 2009, escribimos un artículo que se inició con la siguiente cita:

Si quieren permanecer esclavos de los banqueros y pagar el costo de vuestra propia esclavitud, dejen a estos que continúen creando dinero y controlando el crédito en el país

Sir Josieh Stamp 1880-1941

En dicho artículo expresamos:

“El gran problema de la crisis –fuera de no haberse establecido en su verdadera dimensión- es que se están buscando soluciones a través de medidas de inyección de dinero a las entidades financieras que son precisamente las causantes de esta debacle. Esa pléyade de “timberos” (gestores del “casino global”) arrastraron al mundo a la mayor de las tinieblas bajo la pastilla del “libre mercado” (cuando en realidad lo que se practicaba era un libertinaje llevado al extremo) y a esa frase idiota (o para idiotas) tan famosa: “no se preocupen que el mercado lo arregla todo” (cuando los que arreglaban o desarreglaban eran jóvenes operadores irresponsables que manejaban todo en busca de altas rentabilidades para sus patrones –los banqueros- y bonos para sus bolsillos).

¿Por azar se puede pensar que esta “crisis de confianza” se superará haciendo lo que están haciendo los gobiernos de los EE.UU. y la UE; es decir inyectando dinero (más emisión de monedas) en cantidades industriales a los bancos (… y a AIG)?; ¿por azar creen que hay recetas salvadoras de economistas que nunca han vivido algo parecido; cuando si no todos, casi todos se equivocaron o callaron por interés unos y por ignorancia la mayoría; y los que tímidamente veían venir lo que llegó, no levantaron la voz lo suficientemente alta y a tiempo?.” …

Y en el artículo propusimos:

… “La solución aquí, no es inyectarle dinero a los bancos y devolverles la capacidad de continuar manejando lo que han manejado –y como!!- desde hace muchos años (de hecho, dos bancos –JP Morgan Chase y Golman Sach- que se habían manejado bien no querían aceptar la inyección de dinero del Tesoro americano, pero lo debieron hacer para no generar más desconfianza). Aquí lo que cabe es el sinceramiento y eso únicamente es posible a partir de reconocer la verdadera dimensión de las crisis en cada lugar (principalmente en EE.UU. y en la UE).

¿Quiénes han generado esta espiral de grandes pérdidas?: es claro que son los bancos.

¿Qué se necesita para que el mercado (que se sataniza como término, pero que es real) recobre confianza?; la única posibilidad es que tenga mayor disponibilidad de recursos para satisfacer sus necesidades (mayor demanda) y ello únicamente sería viable con (más) “ingresos” para las personas; pero como ello no parece posible en estos momentos, lo que tal vez deba estudiarse es cómo quitarles la presión de pagar lo que no pueden pagar por efecto de la crisis hipotecaria, pero no a través de la compra de sus deudas por el Estado que pagaría a los bancos, pues ello es “más de lo mismo”, sino a través de un estudiado castigo escalonado de deudas en los bancos, sin darle a estos la capacidad de ejecución de los inmuebles que entrarían a un “fideicomiso especial” (también debe estudiarse) que tendría como beneficiarios a los mismos bancos para afectar lo menos posible sus balances. En el ínterin –en espera de la recuperación de la capacidad de pago de las personas y las familias- se puede fijar también de manera escalonada, contratos especiales de “alquiler” de los inmuebles ocupados cuyo producto ingresaría a ese fideicomiso (subordinación de la cobranza con condiciones especiales) y se reinyectaría a los bancos de acuerdo al diseño que se convenga.

¿Habrá quiebras?; sin duda habrán algunas, pero aquí se puede trabajar en vía excepcional una regulación que en lo posible minimice esta posibilidad, de manera que los bancos vayan también recomponiéndose con el tiempo; y por cierto, permitir la apertura de nuevos bancos con capitales que puedan provenir de diversas fuentes seguras y debidamente evaluadas por las entidades supervisoras encargadas de autorizar sus organizaciones y operación.

Y ¿cómo activar el aparato productivo?; los bancos deben ser los articuladores de la “cadena de pagos” en el mercado y a través de ella de la canalización del dinero, abriendo la disponibilidad de líneas de crédito trianguladas, también bajo control de sendos fideicomisos con lo que se iría gestando un nuevo “sistema de colateralización” que cambie el paradigma de las “hipotecas” que ya se agotó y que abarque a toda la gama de actores, desde las personas, las familias, pasando por las pequeñas, medianas hasta las empresas de mayor dimensión. Evitar en adelante el establecimiento de “hipotecas”; así se quita de la mano de los bancos el arbitraje (“juez y parte”, fuente de abusos que ha terminado con el desastre que se ha presenciado en los últimos meses, desde el 2007, aunque ya se venía venir desde mucho antes).

Los gobiernos entonces, en vez de “estatizar” los bancos (que es lo que en la práctica esta ocurriendo), comenzarían por ejercer el control de los fideicomisos y constituirse en los “grandes fiduciarios” (trustees), para inmediatamente ir creando entidades fiduciarias público-privadas, que ejerzan el control sobre las transacciones financieras de manera independiente a los bancos (prestamistas) y los beneficiarios de los créditos (prestatarios). Un cuarto actor importante serían las “administradoras de riesgos” (no clasificadoras, que es distinto); que asistan a los clientes en la pre-evaluación de sus riesgos para presentar sus operaciones a los bancos y a las fiduciarias, apoyando luego –como parte del sistema- en el seguimiento y control de los créditos en la fase operativa. Las aseguradoras seguirían en su papel de tomadoras de riesgos tradicionales y de aquellos susceptibles de económicamente ser transferidos; conformándose así un SISTEMA libre, más saludable, transparente y con mayores probabilidades de éxito.

Un papel adicional para el Estado: crear “fondos de garantía empresarial” manejados por los fiducirarios, para los diversos niveles de la economía: microempresa, pequeña empresa y mediana empresa, de manera de cubrir los riesgos de arranque de nuevas iniciativas productivas debidamente evaluadas, hasta la formación de sus activos y la generación de flujos, que luego serían fideicometidos en tanto el crédito esté a riesgo. Así, con nuevas iniciativas o reactivando existentes, se generará empleo y con ello la CONFIANZA, pero en un NUEVO SISTEMA.

Esto no pretende ser una solución, sería presuntuoso; es el bosquejo muy grueso de una salida posible con herramientas disponibles, que eliminaría (o por lo menos minimizaría) la arbitrariedad y el libertinaje que ha devenido en esta inédita crisis financiera global.

Medidas drásticas: minimizar la especulación y la generación de rentabilidades fictas sin respaldo productivo. Para ello, los mercados de capitales deben ser supervisados más de cerca; los mercados secundarios de dinero deben desaparecer y con ello los programas de alto rendimiento (high yield programs) donde actualmente puede estar aún escondiéndose gran parte de la crisis, pues hemos visto la explosión de las “hipotecarias”, pero ¿y las “corporativas”?.” …

Reiteramos esta propuesta -que naturalmente es una idea gruesa a ser trabajada- pues si no se hace un cambio drástico de paradigma en el sistema financiero americano (y en general a nivel global), las palabras del presidente Obama dentro de unos meses, no serán de advertencia … sino de lamento.

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